NOSOTROS

27 0 0
                                    

No para de llorar, no deja de gritar cuanto lo ama, verlo llorando no deja que mi mente pueda pensarlo un poco más y decir lo contrario a mi corazón.

Miro a London y el asiente quitando a mini london de mis brazos, besa mi mejilla en señal de despedida y me deja sola. Por un momento siento que debo correr tras de él, pero jamás lo hice...siempre corrí en dirección contraria, caminando tras de la persona que no puedo odiar...

Mis pasos son firmes, trato de esquivar a toda costa los charcos con lodo pero no me importa si lo hago, en este momento mis pensamientos están centrados en Gerry. Cuando llegó a su lado no dudo en levantarlo de la tumba, en su mirada puedo ver el sufrimiento que le causa esto... no soy la clase de chica que consuela o pone los sentimientos sobre la mesa, pero lo hago está vez.

-levantate, por favor- suplicó abrazándolo con fuerza

-fui un cobarde- sus lágrimas corren por sus mejillas

-escucha, se que no era intención de los dos- suspiro -Gerry, hay algo que debo decir- digo mirándolo

-no, soy yo quien debe hablar después de todo- limpia sus mejillas y camina a la banca de enfrente -debo confesarlo por que hace mucho que lo pensé- suspira

Ambos nos sentamos uno frente a otro, como cuando lo conocí en jardín de niños.

-te amo- dice hablando serio -y antes de que me interrumpas quiero que lo entiendas, cuando tenía cinco años y te vi llegar en el carro de tus padres sentí que mi corazón explotaría solo de verte, no entendí ese sentimiento- susurro -todo el tiempo lo tuve, cuando teníamos trece pensé que mis sentimientos se debían a que eramos amigos así que lo reprimi-

Trato de asimilar sus palabras pero no puedo hacerlo, así que solo escucho

-aparecio la mujer mayor en mi vida, me sentí usado...pensé que las mujeres eran la cosa más asquerosa que podía existir...después apareció Ashley- sonrió mirando su rostro -era el más feliz y agradable del curso, algo en él llamo mi atención... por años creí que era amor, cuando sus labios tocaban los míos yo deseaba que mi mente dejara de sentir esa lujuria por "probar" sus labios, su cuerpo... me lo entregaba con una delicadeza que se asimilaba a la de una mujer- suspiro

-¿imaginabas a Ashley como mujer?- pregunto asimilando su relato

-sabia que era un hombre, su cuerpo me lo decía... pero mi mente tenía alucinaciones- me mira -cuando tenía sexo con Ashley me drogaba para no sentirme mal por lo que hacía- admite dejando el romanticismo a un lado
-lo intenté con otra mujer, todas eran vulgares, insensatas...-

Toma aire y regresa a mirarme

-cuando te entregaste a mí, regreso ese sentimiento... pero todo el tiempo temí que fuera real, es decir, yo salía con un hombre, todos sabían que era GAY- sus lágrimas salen de nuevo -yo sabía que lo era- susurra -pero llegaste de nuevo a poner mis dudas, trataba de que mi relación con ashley no se viera afectada con mini london pero lo estaba... amaba a ese niño, deseaba que fuese mío pero algo en mi interior siempre me dijo que era de London- me sonríe -me enojaba conmigo mismo por emocionarme cuando te veía, porque dejaba de amarlo a él-

Sus lágrimas son reales, sus sentimientos encontrados también lo son, pero los míos se encuentran de la misma manera.

-no tenía el valor para demostrarlo, me sentía avergonzado de salir con Ashley pero en la cama nuestras almas se entendían, y cuando estaba contigo mi corazón se alegraba- solloza -nunca le dije te amo porque mi corazón y mente estaban confundidos, por eso tu confesión me causó conflicto... todo era como un sueño...-

De un momento a otro nos acercamos más, mis labios se encuentran sintiendo el aire de su respiración y sin pensarlo, lo beso. Es una sensación delicada y suave... una necesidad para mi alma porque se convierte en algo rápido cuando la mano de Gerry acaricia mi cintura y la otra toma mi cabeza para hacer más profundo el beso.

Yo no me arrepiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora