Revelaciones

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(N/A: Lo que esta en itálica esta dicho con acento francés.) 

El fue directo a su casa, corriendo lo más rápido que podia. En pocos minutos ya se habia vestido con el traje, agarrado un escudo y llamado a sus lobos para que lo acompañaran. Va a los establos y sale montado en un caballo negro. Galopa a toda velocidad, escondiéndose en las sombras y la oscuridad de la noche sin estrellas hasta que logra alcanzar a Rubius.

Rubius había desmontado y estaba tratando de proteger a Tupac y Coringa de una horda de Zombies. Había arqueros pero estaban fuera de rango y no se acercaban por miedo del lobo. Rubius tenía la cara y el brazo que sostenía la espada cubiertos de arañazos y moretones a causa de los Zombies intentando agarrarlo para comérselo.

Sin pensárselo, Vegetta saca el arco y las flechas y comienza a disparar. Rubius mira alrededor asustado, tratando de averiguar de dónde vienen esas flechas con aspecto ígneo hasta que lo ve. Rubius se relaja un poco porque ve que es una persona y no un arquero chetado pero tampoco se relaja del todo porque: 

1) Es un desconocido 

2) Es el medio de la puta noche.

Vegetta sigue disparando flechas tratando de matar a los monstruos a distancia mientras que sus lobos matan a los que se le acercan. Vegetta sabe que no van a poder sobrevivir la noche a la intemperie así que mira alrededor buscando desesperadamente algún lugar donde puedan refugiarse y a lo lejos ve una cabaña al borde de un pantano, que probablemente haya pertenecido a una bruja en el pasado, pero está tan dilapidada que es imposible que alguien siga viviendo allí.

"¡Allí! ¡Al fondo hay una cabaña!" Grita Vegetta y Rubius sigue con la mirada donde el extraño está apuntando y la ve, "No vamos a poder sobrevivir la noche solos, tenemos que ir allí a refugiarnos o no la contamos."

Rubius no va a discutir contra semejante argumento así que sin decir nada se vuelve a montar en Tupac y va a todo galope siguiendo a su misterioso salvador. Mientras los seguía, Coringa desapareció en la manada de lobos que seguía al extraño.

Al llegar a la cabaña ambos se bajan con rapidez de sus caballos y los dejan atados a la única valla que no estaba destruida. Rubius llama a Coringa para que lo acompañe adentro y este viene con un lobo vestido en una armadura plateada siguiéndolo de cerca. Al entrar, el extraño enciende las antorchas que había en la cabaña y acto seguido atranca la puerta con un mueble.

"Ya, con eso deberíamos estar bien." 

"Gracias chaval, pero tengo que preguntar, ¿Quien eres y qué quieres?" Pregunto Rubius un poco a la defensiva.

"Ah, yo ser Lobo Noctugno, robo a los ricos para repartir entre los pobres y quedarme con un buen porcentaje porque yo no ser tonto." Dijo Vegetta con una radiante sonrisa que tristemente era tapada por su mascara.

Rubius soltó una risita que intento disimular con una tos.

"Vale, vale, ¿Y? ¿Vienes a robarme? Porque lamento comentarte que no tengo una mierda ahora." Dijo Rubius sentándose en el suelo y cruzándose de brazos. 

"Non, non, vengo a ofrecer mi ayuda." Afirmo Lobo Nocturno

"¿Tu ayuda?" Pregunto desconcertado Rubius.

"Oui, oui, tu fuiste exiliado por un crimen que no cometiste, quiero ayudarte a corregir esta injusticia." Aseguro Lobo Nocturno con convicción mientras se sentaba de piernas cruzadas frente a Rubius. 

"¿Como sabes todo eso chaval? ¿Eres un stalker o algo?" Pregunto Rubius con desconfianza

"Non, yo ser un habitante de Karmaland." Respondió el otro.

De traiciones, osos y lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora