Así es, si Katsuki tuviera que pasar todo lo que debió pasar para a este preciso momento, no cambiaría absolutamente nada.
Quien diría que la tristeza y estrés dañarán tanto el cuerpo de un hogar, que la presión de tener bebes propios lo iba a llevar a un fondo del cual demoró en salir. Pero tomo fuerzas de debilidad y vio su familia, sus padres, su suegra, sus amigos, su vida, su alfa y sus hijos... Todo lo hizo olvidar de su meta principal.
Hijos propios.
Cuando su cuerpo se deshizo de aquella preocupación y su cuerpo se estabilizó, pudo conseguirlo.
Piensa que es un verdadero milagro, dos bebés y su vientre no se notaba mucho, según el médico estaban mirando hacia su columna y que no se podría distinguir en ecografía tan fácilmente.
Ahora abre los ojos y ve como sus hijos menores, están siendo graduados de la preparatoria, como han crecido tanto en un abrir y cerrar de ojos, el cómo han ido cambiando el que sean betas no les ha cambiado en nada la vida, esos mellizos son el vivo retrato de su alfa, con cabello verde y sus pecas que tanto ama.
Sus hijos mayores están por terminar la carrera en la universidad y como si el destino amara a Katsuki, los niños que una vez adopto como suyo, se van pareciendo más a Masaru y agradece a todos los dioses que jamás les dirá que son adoptados.
Ahora en la casa de playa que alquilaron para la veranear, sus 5 razones para seguir adelante están jugando y nadando, Katsuki los observa de lejos, viendo como su vida ha valido cada maldita lagrima y sufrimiento, para que todos los 54 años de vida que tiene, pueda ver que su felicidad está al alcance de su mano y que la tendrá reunida siempre.
Los ama.
Si me dijeran que debía pasar todo este sufrimiento para ser feliz.
Lo haría sin pensarlo dos veces.
Bakugo Katsuki
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