Capítulo 1: La foto, los recuerdos...

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Estoy tumbada en mi cama, desganada, bocaarriba. Me había fumado ya dos cajas enteras, por la desesperación y la ansiedad que sentía.

 ''Voy a acabar muerta'' pensé con una sonrisa apenada, mirando por la ventana sentada en el alféizar.

''Bueno, realmente es lo mejor''. Aunque supongo que no lo decía en serio, porque no poseo el coraje para suicidarme. 

Mis pensamientos volaron, igual que mis ojos, y fueron a parar a una foto familiar, de hace años. Todavía no había nacido Logan.

 Era una foto de nosotros en la playa. Chris se había derramado el helado encima y todos nos reíamos. En ella salía mi padre.

 ''Mi padre'' pensé con burla, y una risa resentida escapó de mi labios.

 Hacía años que no veía a mi padre.

''Pero en cierto modo te lo agradezco, nunca sería quien soy sin ti'' de nuevo ese tono burlón en mi mente...

Mi padre se fue un día para nunca volver. Pero un día cualquiera no, que va...

FLASH BACK

 Era una tarde nublada, la lluvia amenaza con llegar.

El pequeño Logan, que entonces tenía cuatro años, jugaba en su parque con sus coches de juguete, armando mucho escándalo.

Chris veía un partido de baloncesto, Jasmine jugaba con sus barbies, ya que por aquel entonces le gustaban, y yo miraba por la ventana, esperando a papá.

 Hoy era su cumpleaños número cuarenta, y yo le había hecho una tarjeta, en la que salíamos él y yo de la mano, y decía:

''Al mejor papá del mundo, te quiero por que eres el mejor. ''¡Feliz cumpleaños!''

Miraba sonriendo levemente por la ventana, ilusionada por ver su reacción al recibir la tarjeta que tanto me había costado hacer.

Me entró sed y fui a la cocina por un vaso de agua.

A medida que me acercaba oía gritos, y más fuertes cada vez.

Me puse tras la puerta, que estaba entreabierta, a oír la conversación.

-Henry no puedes decirlo en serio-dijo mi madre con un hilo de voz. La oía sollozar.

-Lo siento Jasmine, pero ya no siento lo mismo por ti-era mi padre, estaba en manos libres.

Abrí los ojos como platos, y me mordí el labio inferior cerrando fuertemente los ojos. Apretaba la tarjeta contra mi pecho, conteniendo las lágrimas.

''Tranquilízate Brooklyn, seguro que es un malentendido'' me decía mi conciencia. Por aquel entonces me ayudaba, ahora solo me atormenta.

-¡¿Cómo puedes ser capaz de hacer esto?!-gritó mi madre en un ataque de ira-¡¿Quién te crees que eres para decirme eso después de 16 años de matrimonio!?

Escuchaba callada y atenta. ''Bien hecho mamá'', pensé.

-¿Qué haces pequeñaja?-me dijo mi hermano Robert risueño, revolviéndome el pelo-Que sepas que si lo que intentas averiguar es tu regalo yo puedo decirte lo que es.

 Lo miré, subiendo mucho la cabeza porque era y es altísimo, y con los ojos llorosos me eché a llorar, abrazada a sus piernas.

Me separé rápidamente y le indiqué poniendo el dedo en mis labios que no hiciese ruido.

Se sentó al lado mía, quedando a mi altura, y seguimos escuchando.

-¿Y qué pasará con los niños?-escuchábamos la voz desconsolada de mi madre.

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