Capítulo 2: nueva y sin ganas :$

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 Capítulo 2 Nueva y sin ganas

Hola. Soy yo de nuevo. La chica de once años cuyo padre ha abandonado a su familia. Veo que os acordáis.

Cuando mi padre nos dejó no pudimos seguir pagando la enorme casa que teníamos, por lo que tuvimos que mudarnos a otra más barata, pero igual de bonita.

Hace cinco años de eso. Ahora tengo 16 años, y vivo en Denver (estado de Colorado USA) con mis cuatro hermanos y mi madre.

Hoy, 15 de septiembre, empieza el instituto, donde seré la nueva. He tenido que cambiarme de instituto porque en el que yo estaba no había bachillerato. Estoy estudiando para ser periodista.

15 De septiembre, seis y media de la mañana

Mi madre me ha obligado a levantarme a las seis y media para que no llegase tarde. La gracia es que el instituto comienza a las ocho y cuarto.

Resoplé y me levanté, para sentarme en el alféizar de la ventana, que yo tenía lleno de cojines. Mi alféizar daba a nuestro jardín, que se encontraba en medio de la zona urbana de la ciudad, llena de rascacielos, por lo que podía poner fotos y decir que vivía en Nueva York, cuando solo ese pequeño trozo de ciudad era de acero.

El instituto quedaba un poco lejos, pero mi hermano Robert nos llevaría, supongo.

Mi hermano Robert va a la universidad de Derecho. Quiere hacerse juez y castigar a papá por abandonarnos.

¡Prefiero gritar que está muerto antes de admitir que es mi padre! Gritó furioso el día que espiamos la conversación de mamá.

Sonreí. Realmente le odiaba por dejarnos así. ¿Cómo pudo ser tan cruel? ¿Cómo pudo burlarse de todos nosotros así?

Moví la cabeza para alejar estos pensamientos, que no me hacían ningún bien, y fui hacía mi armario para elegir la ropa que me pondría. Hace cinco años me hubiera importado como quedar el primer día: me hubiera gustado ser la más popular, la que a todos los chicos le gustase, la presidenta del consejo escolar, la delegada de mi clase, pero ahora...

Hace cinco años mi vida cambió, y mi carácter con ella.

Yo era una niña que adoraba el rosa y a barbie, feliz con mi vida. Todos los días llegaba con una sonrisa del colegio, y tenía muchos amigos.

Ahora me sigue gustando el rosa, pero soy nueva en un instituto desconocido, probablemente lleno de pijas odiosas como el resto de mis anteriores colegios. Sonrío de forma puntual, y como soy nueva y nos hemos mudado no tengo amigos en esta ciudad.

Resultado de la ecuación: odio mi vida, por motivos múltiples, algunos quizás más importantes que otros.

Pensando en esto y más cosas, con la cabeza hacía atrás y los brazos en esta, y suspirando a cada momento, llegué a mi armario.

Mi armario es enorme. Es una habitación entera, pintada de rosa claro y blanco.

Pero eso no me haría feliz, solo cuando entrase y recordase que era mío, y por unos minutos únicamente.

Cogí mi jersey de hilo rosa corto, unos shorts vaqueros y mis sneakers doradas con tachuelas. Me lo puse, me miré al espejo y me di un ''aprobado muy suficiente''. Y es que, no me considero lo que se dice una belleza.

Como mi madre dijo que desayunaríamos a las siete y cuarto, todavía me quedaban diez minutos.

Me tiré en la cama, y cerré los ojos.

''¿Por qué Señor , por qué?'' me preguntaba desesperada ''¿Por qué mi vida tiene que ser así de horrible?

Resolví en que lo mejor era ir preparando las cosas para el instituto.

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