will be forever.

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La vida daba cosas tan inesperadas, pues nunca ambos imaginaron llegar a esa situación, siendo una historia que comenzó solo como encuentros triviales para sexo, terminaron enamorados uno del otro, dando paso a un sentimiento más fuerte que el carnal.

Dándose la oportunidad de amar.

Dejando que una persona se colara en su corazón y pensamientos tan fuerte que les llegaba a dar miedo el ser lastimados, pero aquel temor era desvanecido cuando sus ojos se encontraban y el amor desprendía de ellos.

Su relación no era sabida por todos, eran los dos y listo, eso estaba bien para ambos. Sólo ellos. Nadie tenía el por qué saber del amor que tenían cada uno para el otro, pues se respetaban, jamás podrían permitirse lastimarse de alguna forma.

Jeon JungKook, al haber llegado a los Estados Unidos a la edad de veintitrés tras la muerte de sus padres los cuales le habían apoyado en su tiempo de vida, incitándole a cumplir sus sueños, no tenía nada, con solo un diploma de universidad luego de cursar su beca y un inglés de mierda. Junto a algunos dólares que le habían dejado sus difuntos progenitores.

Buscando trabajo como abogado, allí la vió, en aquella gran oficina en los rascacielos de esa firma impecable, tomando un café tranquilamente siendo la directora de uno de los bufetes más destacados. Esa mujer de cabellos rojos lo había enjaulado, llenándolo de fascinación y sueños.

Se conocieron poco a poco.

Teniendo una gran atracción desde el minuto cero, todo empezó con encuentros casuales, pero luego todo se vino abajo cuando sintieron algo más que aquel deseo, se enamoraron.

La vida de él dió un giro, pues todo lo que creía conocer cambió drásticamente, lujos y dinero, pero a pesar de ello, sabía que si ella estuviera quebrada, aún así él la amaría y seguiría a su lado, pues el amor que sentía era totalmente real, y no se nublaba por todo lo material que llegaba a tener.

Ella dejó de sentirse sola, de tener aquel vacío a pesar de lograr tenerlo todo. Aquella casa jamás se vio tan iluminada de alegría desde que el puso un pie allí para mudarse con ella.

Eran felices.

Entonces ahí estaban, viendo el amanecer. La idea de compartir su vida con el, de despertarse siempre juntos le encantaba, quería estar con Jeon Jungkook para siempre.

── Jungkook... ── Lo llamó, el hizo un sonido nasal, dándole a entender que le estaba escuchando. Mientras sus manos se encontraban entre lazadas y sus cuerpos desnudos unidos por las sábanas decidió susurrarle temerosa; ── Dime que siempre estarás a mi lado... ── Lo miró atenta.

Sonrió ampliamente, logrando que sus ojos se volvieran asemejar a los agujeros de las alcancías, un hecho que la enternecía demasiado. Dejó de ver a la hermosa puesta de sol desde el gran ventanal, para posar su mirada en ella.

Para él, aquella imagen tan natural de su chica era más hermoso que cualquier cosa en la tierra.

── Wendy. ── Se sintió encantada al escuchar como su nombre salía de aquellos labios que tantas veces había besado y que jamás se cansaría de hacerlo. ── Aunque la distancia nos separe y el sol se esconda en una tenue neblina, aunque la tierra deje de llamarse como tal y se destruya todo, yo te extrañaré hasta el final, pues mi corazón te pertenece... ── Pasó sus dedos por la piel desnuda del hombro de la mayor, viendo como tenía sus bellos ojos chocolate cristalinos. ── Siempre estaremos juntos, tú eres el amor de mí vida.

── Mi corazón te pertenece también, Jeon JungKook.

Sin más, los labios de ella se unieron a los de él. Podía sentir el salado beso por las lágrimas que empezaban a caer de los ojos de la chica, pero poco le importó, ya que aquello tenía mucho significado.

Se unieron nuevamente, demostrándose cuánto se amaban en aquel amanecer, recibiendo un nuevo día juntos.

Él era de ella. Y ella era de él.

FIN.

#CortosMCEA
© serpentte.

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