── ¿Nena? ── La llamó cuando la puerta fue abierta por él y su cuerpo la cruzó entrando a su casa, esperando besar por fin, lo único que lo hacía un hogar. Dejó las llaves en la mesita que se encontraba cerca de la entrada, se desprendió de las cosas que llevaba cargadas y se dirigió hacia la cocina, y allí la vió.
Se acercó, pasando sus manos por su cintura, sacándole una risilla a su acompañante que le encantó.
── ¿Cómo te fue amor? ── Su sonrisa no desvanecía pues amaba su cercanía, sentirlo luego de un largo rato era maravilloso, ella se había ido temprano de la empresa para hacer algunas cosas pendientes que tenía.
Le dió la vuelta, miró un minuto aquellos ojos con resplandor y luego reparó en sus labios rosados, lamió los suyos propios y sin más los juntó, dándole un cálido beso que pronto se volvió en algo provocador, logrando que se separaran por falta de respiración.
La escaneó de arriba hacia abajo: una camisa que le quedaba tres tallas más que la de ella y supo que era de él, más supuso qué sólo unas bragas le cubrían debajo de eso.
Su miembro recibió una corriente abismal.
── Tú y yo, sabemos que eso no es lo que quieres saber ahora. ── Levantó un poco su comisura, dándole una sonrisa ladina. Sus respiraciones se ligaron y su aliento chocó con el de ella que mantenía su boca entre abierta, con atrevimiento atrapó su labio inferior entre sus dientes haciendo que ella suspirara por aquel estímulo.
¿Cómo diablos me conoce tan bien?, pensó la pelirroja.
JungKook sostuvo sus nalgas que perfectas cabían en sus grandes manos y las estrujó robándole un jadeo, luego de dejarla por un momento ida dejándose hacer por el, se alejó, dándole un fugaz beso. Se dirigió nuevamente a la sala, sentándose en uno de los sofás del lugar, sintiéndose satisfecho al verla frente a el, sabiendo que le había seguido el paso.
── Ven, siéntate. ── Dió leves palmadas en sus piernas. Ella obedeció, fue y se sentó en su regazo. Lo sorprendente para la mujer fue que... No había intentado seducirlo y el juego previo fue mínimo y ya estaba erecto.
── ¿Sientes lo duro qué está con sólo, pensar en ti y verte vestida de esa manera? ── Posó una de sus manos en el muslo de la contraria. Sus palabras eran verdaderas, pues al sentarse en el, un leve jadeo salió de su boca sin previo aviso.
── Uhmm...
Se sintió enternecido por el pequeño sonido, siendo este la causa de que sintiera un cosquilleo por todo su abdomen.
Y una idea llegó a su imaginativa cabecilla.
── No, no, no, princesa... Gimes cuando yo te dé permiso de hacerlo. ─ Su boca le daba una sonrisa lasciva y sus ojos le transmitían morbosidad. Sumisa, asintió mordiendo su labio para no ser escuchada.
Debía admitir que cuando él toma el control en el acto, Jeon Jungkook la volvía aún más loca, maldición, se veía demasiado sexy al mando, no sabía si era porqué le encantaba tanto perder los roles diarios ya qué siempre era ella quién mandaba en su entorno. Colocó sus piernas mejor en cada extremo, rodeando bien su cintura.
Quería excitarlo más, llevarlo al límite para que acabara detestando su propio juego y la cogiera como un animal hambriento. Así qué dió movimientos leves, haciendo que su miembro explotara en el líquido pre-seminal.
Los gemidos roncos y gruñidos ahogados del más pequeño no se dieron a esperar, pues mientras ella trataba de contener sus quejidos, el se deshacía en sonidos de placer.

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Libidine
Fiksi PenggemarMe encanta cuando mueves tu culo para llamar mi atención. Nena, todos ellos te quieren en su cama, pero solo yo puedo tomar de tus fluidos y enterrarme en ti, eres mía, mi hermosa jefa. j.jungkook ©serpentte #CortosMCEA Be...