•Quince:

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Un mes ya había pasado desde la muerte de su pareja. Un mes encerrado y deprimido, apenas comía y respiraba. De vez en cuando se distraía leyendo libros nuevos que su padre le pedía que le comprará.

Ya nada era igual.

No podía no estar triste, no llorar y vivir con ese amargo sentimiento y rencor hacia aquellos que le hicieron ésto. Cómo si la muerte de su amado Alpha no hubiese sido suficiente, apenas regreso a Nueva York luego de haber visitado Nueva Orleans, se enteró de la horrible noticia que aquel que siempre vio como un segundo padre también falleció solo que por causas naturales.

Husk también se fue, desde hace varios días atrás se le había notado enfermo pero nunca pensó que fuese tan grave. Y ahora también se sentía culpable por no haber tomado cartas en el asunto antes de que la misma enfermedad del hombre acabará con él. ¿Por qué la vida quiere verlo sufrir?

¿Quién quiere verlo sufrir? ¿Dónde está aquel Dios que debe hacer justicia? Él no ha hecho nada malo, sólo se enamoró.

La puerta fue tocada un par de veces, pero él no respondía así que la persona del otro lado decidió pasar hasta acercarse a él, quién está tendido en la cama.

—Ángel, esto no es sano. Ni para ti ni para el cachorro.— habló Molly, ella al igual que su demás familia estaba harta de ver en ese estado tan deprimente al menor de la familia.

—¿Cómo sabes de verdad que estoy en cinta?— cuestionó. Cómo si no hubiese ya tenido algunos síntomas como el mareo y el vómito. Por eso últimamente ya no comía tanto, además de carecer de ganas o ánimo.

—¡Es más que obvio! La pansa te está creciendo y tú apenas y comes. — le dijo, es obvio lo preocupada que está. Si bien Ángel no llevaría mucho estando en cinta más que un par de semanas, casi dos meses se le puede notar un visible bulto en su pansita. — Tu olor es algo diferente, aún hueles a Alastor a pesar de que él ya no está con nosotros. Y has tenido mareos. ¿No lo entiendes?

—Tu no entiendes el dolor que estoy sufriendo Molly. — se abrazó así mismo. Tener un cachorro ya no le causaba la misma felicidad que antes. A sus dieciocho años vivió un desamor.

Luego de la muerte de Alastor, sufrió días debido a la marca que lo unía a él. La cuál se fue borrando y recordarle que ya no está enlazado con alguien, que nuevamente está solo.

—Tienes razón, no entiendo tu dolor porque no estoy en tu piel, y por que cada ser humano enfrente las situaciones de la vida de forma diferente para no quedarse sumido en ese sufrimiento. — hizo una breve pausa y liberó su dominante aroma, tomó el mentón de su hermano para que esté alzará la mirada y la mirase fijamente.—
Pero debes de seguir luchando Ángel, si no lo haces por ti, por lo menos hazlo por esa criatura que estás esperando.— dijo comprensiva, notando como los ojos azules de su hermano se cristalizan, señal de que tenía ganas de llorar pero se retenía. Porque ya había llorado varios días y ya no le quedaba más. — ¿Quieres perder lo único que te pueda quedar de tu Alpha?

—No... Yo no quiero perder al bebé. — contestó luego de un rato meditando las palabras, le duela o no su hermana tiene razón.

Molly suspiró y le regaló una sonrisa angelical, de comprensión y apoyo haciendo su aroma más suave para calmar a su hermano. Un aroma familiar y cálido.

—Se que la depresión o tristeza que tienes no se cura de un día para el otro, pero al menos intenta salir adelante. Por más insensible que suene esto, sal adelante sin un Alpha. — está vez le tomó de los hombros. — Nos tienes a nosotros Ángel, a tu familia que siempre te ha querido. Que te ha apoyado. No tomes tu tragedia como un final. Sólo como un mal comienzo, aún tienes mucho que vivir, eres joven mi Angie.

"Polvo de Ángel"- RadioDust •Omegaverse [EDITADA2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora