un nuevo comienzo

16 2 0
                                    

Mi nombre es Jung Yi-Kai y les hablaré de mi experiencia en Corea del Norte.

Tenía 9 años cuando me hice consciente de todo lo que vivíamos yo y mi familia. Al ser de familia numerosa era prácticamente imposible racionar el dinero entre todas las necesidades básicas de supevivensia y el tratado socialista que había en el país no ayudaba en nada económicamente. La escuela era lo mejor que podían ofrecernos junto al servicio militar. La educación está aún nivel muy alto para ser un país con tan pocas riquezas. Parece bueno pero en parte no lo es y menos para una persona curiosa como yo. En el momento en el que se mencionó a otro país en clase quería saber que otros lugares existían, la gente, la cultura pero no se volvió a hablar del exterior y no tenía más alternativa al dejar la pequeña investigación que había hecho.

Pasó algo parecido con mi padre. A pesar de ser parte del ejército Norcoreano no tenía las mismas creencias religiosas que en ese lugar. Cada noche hablaba en voz baja pidiéndole a alguien misericordia, en ese momento no me quiso decir a quien le rogaba y yo no volví a insistir.

Tenía 14 años cuando me di cuenta de que mi preferencia sexual no era igual al de otros chicos. A los 14 años me enteré de este hecho y a los 16 lo acepté. Quería poder contárselo a alguien, pero no podía por el miedo y las consecuencias que me llevaría si la gente se enteraba, ya que el hecho de ser gay no me permitía tener los mismos derechos que tengo ahora, tanto de salud como sociales. Fue hasta que cumplí 19 años que decidí irme de Corea. Unos años antes mi padre me contó a quien le rogaba por misericordia todas las noches, me habló de un ser poderoso y bondadoso a la vez, un ser con un poder y compasión enormes, me explicó que la religión que predominaba en Corea no creía en este ser, y que no podíamos expresar nuestra religión porque no es algo que esté permitido, y eso es con cualquier religión, ya sea budista, cristiana, agnóstica, no podía expresarse publicamente. Y eso me instó aún más a dejar el lugar.  Le conté a mi padre sobre mi orientación sexual y a pesar de las creencias que tenía me aceptó y me facilitó mi salida del país.

Fui el único que salió, el resto de mi familia decidió quedarse, no se si fue por el miedo a las consecuencias pero no intenté convencerlos.

Ya a pasado un tiempo de eso, en la actualidad tengo 32 años, y aún que aún exista el despreció hacía gente como yo, ahora puedo decir que soy libre y feliz teniendo la oportunidad de ser yo mismo con mi propia libertad.

____________________________

Está historia la escribí para una exposición en la secundaria, pero me gustó como quedó entonces decidí publicarla v:

No se si les guste pero algo es algo ;v

Sin nada que hacer

J.N.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 07, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AburrimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora