Humano

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Leve OoC - Estudio de personaje

DISCLAIMER: Jojo's Bizarre Adventure no me pertenece, en su lugar pertenece a Hirohiko Araki y compañía. No escribo esto con ánimos de lucro.

Humano.

Guido Mista veía a su jefe con total adoración.

Y es que según su punto de vista, Giorno Giovanna era el ser más perfecto en la faz de la tierra; Un joven que expelía carisma y confianza, cuya aura poderosa sólo se veía opacada por la bondad de su sonrisa. Era un chico afortunado e inteligente que a la tierna edad de quince años se había hecho con el poder de toda Italia, una persona digna de admirar y que Mista seguiría hasta la tumba de ser necesario.

Cada vez que el moreno lo veía entrar en alguna habitación; con aquél cabello dorado rozando sus hombros, vibrantes ojos azules y delicada compostura, creía estar en presencia de algo más que sólo un ser humano. A sus ojos Giorno Giovanna era casi celestial.

Por lo que, cuando Mista descubrió que aquél joven gangster temido y respetado por la sociedad no era más que otro adolescente solitario, no pudo evitar sentirse sorprendido; La primera vez que lo notó le caló más profundo que cualquier otra bala, y vaya que Guido Mista tenía experiencia en el caso. La verdad ante sus ojos se le era revelada con tal obviedad que el castaño se maldijo por no haberlo pensado antes.

Claro.

— ¿Realmente se me es necesario ahí? — Giorno alzó sus grandes ojos azules, la fatiga presente en su juvenil rostro hizo que el corazón de Mista se detuviese poco a poco, ¿Desde cuándo su jefe era tan jodidamente atractivo? — Pensé que sería algo atrevido de mi parte.

Diavolo había sido una peste difícil de borrar, planificar la revelación de Giorno como nuevo jefe había sido complicado, más no imposible bajo el sabio consejo de Polnareff. Moviendo unos trapujos de ahí a allá y en cuestión de días, el sueño de Giorno de ser un Gang-star se había cumplido al pie de la letra. Ahora quedaban ellos para enmendar los errores que el anterior Don había cometido, especialmente aquellos de importancia social.

Era esperado que se presentase a aquella misa. Giorno no era el cabecilla de una organización cualquiera, era el líder de la mafia italiana, y si había algo por lo que destacan los italianos era por su enorme devoción a la iglesia católica. Eran vísperas de navidad y Mista sabía que obviar aquella presentación era escupirle en el rostro a miles de fervientes seguidores que desde las calles, ansiaban la presencia del nuevo jefe de Passione.

Mista también sabía que Giorno era diferente, y que si estaba dudando de asistir a aquella ceremonia era por algo más que un mero capricho.

— No creo que sea una tradición muy fácil de evitar, Jefe.

El rubio se aferró a las esquinas del sofá, lanzando su cabeza hacia atrás mientras de su boca escapaba el atisbo del gruñido más suave que Mista había escuchado en toda su existencia.

Llevaban viajando la gran parte de la semana, olvidando comidas importantes y horarios de sueño. Primero había sido la inauguración de ese maldito pesebre en Nápoles, luego atender asuntos diplomáticos en Roma, limpiar de contrabando la Bahía de la Toscana había resultado ser un verdadero dolor en el culo y siquiera mencionar su breve visita a Cerdeña, aquella que no había hecho más que traer muy malos recuerdos.

Sí, era obvio que necesitaban descansar.

Se precipitó sobre su asiento con una sonrisa en el rostro, tomando por sorpresa la serena meditación del Don.

Humano [GIOMIS]Where stories live. Discover now