MI CHICA MALA

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—Así que tienes abuelo?—dije una vez que nos sentamos en el sofá. Luego de partir de la arena ambos nos duchamos ( obvio por separado, ya quisiera yo que sea juntos) y por fin nos sentábamos a comer algo en  su departamento ya tranquilos.

—Si, aunque no le gusta que le digan así, debes decirle Tata—reí por lo bajo, era la primera vez que escuchaba que a alguien lo llamen Tata.

—No te rías, es muy noble para el que le digan Tata—levante los hombros—Ve a calentar la comida China—dijo extendiéndome una bolsa.

—Por cierto Gracias por conseguirme ropa—hable señalando mi atuendo deportivo.

—Cuando eres la nieta del dueño de la competencia más grande del mundo no es fácil que te digan que no a algo—comento victoriosa.

—Y tu padre acepta que me quede?— esta pareció tensarse.

—Es mejor que mi padre no sepa qué estás aquí—

—Entiendo, es sobreprotector?— le pregunté.

—Demasiado, podría cortarte el cuello si ve que me das un beso—

—Que graciosa—una vez que calenté la comida ambos comimos de lo más a gusto y luego llegó la hora que tanto miedo me daba, dormir juntos. No lo tomen a mal, no me refería a que me daba miedo dormir con ella sino el que se sienta incómoda o piense que yo pretendo algo más estando así.—Y donde dormiré?

—Conmigo, obviamente—dijo de lo más normal.

—Como? —la mire sorprendido desde la cocina y ella solo me sonrió.

—Acaso no quieres dormir abrazado conmigo?—hablo desafiante ante mi mirada, pero entiendan mi sorpresa, hace unos días no quería ni que la toque y de repente estaba tan liberal al punto de querer que la abrace toda la noche.

Extraño......bueno .......pero extraño.

Me sentía en el paraíso.

—Por supuesto que si—ella asintió de lo más feliz .

Pasados unos 20 minutos llegaba la hora de que nos vayamos a dormir, Evangeline estaba muy cansada y adolorida por la pelea, eso por suerte me aseguraba que no pasaría nada.

—Vamos a acostarnos?—me dijo de una forma dulce.

—Estás segura de que no quieres que duerma en el sofá?—pregunte de lo más tímido.

—De nuevo con eso?—

—Es que dijiste que quieres recuperar tu confianza y no se..— por que me sentía tan nervioso...

—No voy a dormir en ropa interior, tranquilo— se burlo— Suelo dormir desnuda pero tampoco es que quiero que te desmalles.

Evangeline usted es cruel.

—Que maldad recorre por tus venas— hable tembloroso, ya que ahora múltiples imágenes divagaban en mi cabeza tratando de quitarme la cordura.

—Uff no te das una idea— se cruzó de brazos— No voy a provocarte, solo deseo dormir, además estoy cansada.

—Mmm bien— dude por unos segundos.

—A veces no entiendo como es que tu reputación era del adonis del instituto si ahora no puedes solo dormir al lado de una mujer—dijo en tono burlesco y con una media sonrisa levanto un ceja.

—Es que .. tú no eres cualquier mujer para mi—ella se ruborizo por completo, lo sabia, cada cumplido que le diera a ella la dejaba como él tomate más rojo.