La oscuridad se manifestaba sobre todos, la hermosa noche que dejaba ver sus cielos nublados hacían un contraste perfecto con el suelo volcánico del purgatorio, desde un cuarto de alguna casa, una madre consolaba a su hijo, un niño de más de 8 años, quien se abrazaba a su madre mientras las lágrimas recurrían en sus mejillas
???:Ya..ya...
La mujer daba palmadas en la espalda al pequeño, calmandolo
???:¡¡Ma...Mamá!!
Las lágrimas caían mientras abrazaba fuertemente a su progenitora
???:¿Que pasó?
La preocupada mujer preguntó de manera suave
???:Fu...fue una pesadilla...
La mujer abrazó más fuerte a su hijo
???:¿Quieres que me quedé contigo?
???:Si...
La mujer se hizo espacio en la cama, arropandose con las mantas y abrazando fuertemente al pequeño, llenandolo de lentas caricias en el pelo, diciendo que estaba bien, que todo iría bien.
La mañana llegó rápido, y con ella una paz impresionante, la mujer ya despierta salió de la habitación y se puso ropa, fue a despertar a su hijo, pero apenas estaba saliendo de su habitación una alarma comenzó a sonar, no sólo en el lugar, sino que en toda la ciudad, esto la alarmó tanto que corrió como si su vida dependiera de ello para sacar a su hijo de la cama de una manera brusca, exaltando al pequeño, quien fue sujetado por los brazos de su madre antes de continuar con la carrera para salir de la casa, el niño estaba asustado, no entendía que ocurría, pero apenas miró al cielo pudo ver un grupo de luces blancas, estas bajaban lentamente mientras podía escuchar como los demás demonios gritaban de horror, la carrera que había hecho su madre ahora era imitada por los demás, todos corrían como una estampida, el miedo se sentía en el aire y esto alternaba aún más al niño, quien se aferró a su madre, y como si de un torbellino se tratara, las luces comenzaron a disparar a diestra y siniestra, destruyendo todo, edificios, casas e incluso matando a los habitantes, el niño quiso evitar ver eso, pero cuando volteó la mirada pudo ver como desde dentro de una casa salía una demonio llorando, cargando entre sus brazos el cadáver incinerado de un niño de no más de tres años, el pequeño dejó caer lágrimas, era una pesadilla hecha realidad. Los demás corrían y su madre simplemente le pedía que no viera nada, que cerrará los ojos y que todo iría bien...
...
Gowther despertó sobresaltado, ese sueño había sido diferente, no hubo tortura ni arrepentimientos, eso fue una memoria aunque prefería no indagar en eso. Fue entonces que cayó en cuenta de donde estaba, una cama
Meliodas:¡Al fin despiertas!
Gowther miró hacia su costado, dándose cuenta de que Meliodas estaba tirado en el suelo, sonriendole
Gowther:¿Que haces ahí?
Meliodas:Bueno, digamos que alguien no paraba de moverse en la cama
Gowther:Oh, lo siento
Meliodas:No importa, pero, ¿Tú estás bien? Estuviste soltando lágrimas durante gran parte de la noche
Gowther:Yo...sólo fue una pesadilla
Meliodas se reincorporó del suelo de un salto para sentarse en la cama
Meliodas:¿Sobre que...?
Gowther:...La masacre de Dunwich
Meliodas:Oh...
El rubio sólo se acercó y abrazo a Gowther, quien correspondió de la misma manera
