𝐍𝐎𝐕𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 𝐑𝐀𝐈𝐍 [Fred Weasley]

► Capitulo 11

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—Vaya, vaya, ¿no crees que desperdicias un glorioso sábado estando aquí encerrada en la biblioteca?

Aunque no quisiera, ella ya era muy capaz de reconocer al dueño de dicha voz, por lo que pegó un respingo y miró alarmada en ambos lados del pasillo para asegurarse que no hubiese nadie cerca antes de poder hablar con él.

—No es desperdicio si se está haciendo algo productivo, Weasley —respondió por lo bajo y en un tono de reproche.

Al advertir que Weasley se apartaba del librero en que estaba apoyado y se acercaba con total libertad hacia ella para sentarse en el borde de la mesa; Olivia exhaló para tomarse con calma su presencia.

—¿Para qué clase es? —quiso saber Fred, estirando el cuello para echarle un ojo al libro que ella antes leía.

—Es simple lectura de ocio, pero dudo mucho que te interese. —Sus mejillas se sonrojaron ligeramente; el libro de Gilderoy Lockhart era una historia tan banal y superficial, que esperaba nunca tener que hablar de él con nadie—. ¿Qué haces aquí? Alguien podría vernos, así que vé directo al punto, por favor.

A pesar de la amargura que le provocó la imprudencia de Weasley —pues desde que apareció el otro gemelo llevándose a Longbottom supo que algo sucedería—, al mismo tiempo sintió una pequeñísima chispita de emoción brotar de su pecho porque Weasley se las hubiese arreglado para poder verla después de tanto, tanto tiempo. Seguía siendo algo imprudente, si; pero unos días más y ella habría perdido todo interés en él.

—¿Te puedo ayudar? —dijo él finalmente, provocando confusión en la joven—. Soy un curso mayor, supongo que sé un poco más que tú; en general tengo buenas notas.

—Yo lo dudo —repuso Olivia, con cierta gracia. Acto seguido cerró su libro y se puso de pie—. Además, ya he terminado.

Fred curvó los labios hacia abajo en una mueca graciosa. Definitivamente se estaba yendo por las ramas y quizás no fuese lo más correcto con ella. La conocía poco, pero lo suficiente para saber que lo mejor era decirle directamente la verdad, mucho más ahora que la está conquistando.

—Olivia... Tengo algo importante que decirte —murmuró, acariciándose la garganta—. Hace un momento escuché a Harry hablando con Ron y al parecer creen que puedes estar ayudando a Snape para envenenar al profesor Lupin.

Quizás Gilderoy Lockhart no era la única persona banal en el mundo. Harry Potter competía bastante bien por el primer puesto.

—Oh vaya, es que San Potter siempre quiere meterse en todo, ¿no? Hacer el bien, que nadie haga nada que no le parezca correcto —sonrió con ironía—. ¡Por Salazar! ¿Acaso no tiene suficiente con su deprimente vida de huérfano?