Era una fría noche, y como siempre, Axel se dirigía al viejo parque al que solía ir cuando era un niño, sólo que ahora iba a ese lugar con diferentes motivos.
Cuando al fin llegó al parque, no lo pensó dos veces, se apresuró a ir tras las gradas, su lugar favorito.
Con manos temblorosas y sudorosas, sacó del bolsillo de su chaqueta una cajetilla de cigarros, y posteriormente un encendedor. Colocó uno de los cigarros entre sus labios, guardó la cajetilla y encendió el cigarro, inhalando al momento todo el humo que le fue posible aspirar. Una ligera paz se cernió sobre él. Relajando su cuerpo entero, cerró los ojos y se dejó llevar.-Sabes que eso te mata, ¿cierto?.
Abriendo los ojos de golpe, Axel comenzó a buscar a sus alrededores para saber quien había dicho eso. A su derecha, la escasa luz de un encendedor llamó su atención. La figura que sostenía el encendedor hizo los mismos movimientos que él había hecho para encender su cigarro. Pronto Axel distinguió la pequeña figura de una chica sentada en el césped.
-Al parecer tu no. -Dijo con tono burlón a la chica, y dio otra calada al cigarro-
Poniéndose de pie, la chica sacudió sus jeans, retirando el polvo que se había adherido a éstos. Se dirigió a Axel y extendió su mano hacia él.
-Soy Joyce. -Se presentó-
-Axel. -Respondió él, estrechando la mano de ella, y justo después, ella giró su cuerpo a la misma dirección que él- Mucho gusto. -Agregó, intentando ser cordial-
-Lo que sea. -Dijo Joyce, agitando una mano para restarle importancia- ¿Qué hace un chico tan bien vestido en un lugar tan peligroso?. -Preguntó inhalando el humo de su cigarro, y expulsándolo por la nariz-
-¿Qué hace una niña a mitad de la noche fumando en un lugar tan peligroso?. -Preguntó él de vuelta, con el mismo tono que la chica-
-¿Niña?. -Joyce rió sin humor, y se giró para hacerle frente al alto chico-Un vació surgió en el estómago de Axel. La chica era hermosa, muy hermosa. A pesar de la poca luz que había, notó sus grandes y redondos ojos grises, sus mejillas rosadas y sus labios color durazno, adornados por dos piercings. A simple vista era bella, pero si la mirabas de nuevo, era más que eso. Sus ojos mostraban cansancio, estaba cansada, pero, ¿de qué?.
-Escucha idiota, si piensas que ese vello que llevas en la cara, esa chaqueta de cuero, y ese cigarro te hacen ver intimidante, créeme que no lo hacen. -Joyce lo retó con la mirada, parecía una leona a punto de atacar a su presa-
-Lo siento, no creí que te ofendería eso. -Axel levantó sus manos en señal de defensa- Pero hablo enserio, ¿Qué haces en este lugar a mitad de la noche?, realmente es peligroso aquí.
-Lo sé. -El tono de voz de Joyce bajó bruscamente- Pero te acostumbras después de vivir toda tu vida aquí. -Dando otra calada al cigarro, lo lanzó al suelo, para después aplastarlo con su bota-
-Este lugar no fue así siempre. -Dijo él-
-Claro que lo fue, y como supuse al principio, vienes de una buena familia, si no, sabrías de lo que hablo.Dando media vuelta sobre sus talones, Joyce comenzó alejarse sin decir una sola palabra más.
-¿Te veré de nuevo?. -Axel gritó, pero Joyce no contestó, ni si quiera se detuvo-
Suspirando profundamente, lanzó el cigarro al suelo, y lo aplastó como había hecho ella. No se movió de su lugar hasta ver a Joyce desaparecer entre los árboles y arbustos que habían a lo lejos. Agachando la cabeza, algo llamó su atención. Se puso en cuclillas para recoger aquello, dándose cuenta que era el encendedor de la chica de ojos grises. Debatiendo consigo mismo, decidió no seguirla, si no que volvería la noche siguiente a aquel lugar, para entregárselo, y sobre todo, volver a verla, si es que ella regresaba.
Despertando por la mañana, Axel se dirigió al baño. Abriendo la llave del lavamanos, juntó sus manos para hacer una especie de tazón, y atrapar agua. Lanzó el agua sobre su cara, y después inhaló profundamente, recordando a la bella chica que había conocido la noche anterior. Saliendo del baño, se dirigió a su armario, y sacó una camiseta negra y unos jeans azul claro. Se vistió y bajó a almorzar algo.
La casa en la que Axel vive, fue una herencia de sus padres, al igual que las grandes cantidades de dinero que poseía. Ellos murieron tres años atrás. Axel quedó completamente solo desde entonces, y por esa razón regresaba al parque todas las noches, sólo buscaba no olvidar.