¿Que te tomas y tan?

¿Que te tomas y tan?

Sigo sin creerme que coquetear sea un acto tan ridículo, siempre pensé que era un chiste la forma de hablar con una chica en un bar diciéndole –hola, cómo te llamas...María, qué lindo nombre, no, nunca lo había oído–, es como el cinismo de presentarse una y otra vez en cada clase de cada semestre universitario –hola, sí, sigo llamándome Andrés, y sí, sigo estudiando Ingeniera, porque ¿como más nos vamos a ver? –, pero que se le puede hacer, son protocolos de la sociedad, y hablar con una desconocida sobre "nada", es parte de eso.

El bar está a reventar de primíparos universitarios, contando monedas para pagar la cerveza, como todo viernes. Mi parcero de siempre esta joda y joda de que no dejo de ver a la flaquita del fondo, y es verdad, esta linda y misteriosa como Ramona Flowers de Scott Pilgrim. Pero tengo un problema, por su uniforme sé que estudia Medicina, y los médicos están por encima de los ingenieros en la cadena alimenticia, ellos solo se reproducen con su misma especie. Pero mi amigo me plantea que es una excepción el bar, porque el bar es como Suiza, es un terreno neutral interespecies. Así que me dice que él saca a la amiga y yo saco a la linda chica, así que hicimos un dueto explosivo como el de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal en los Lakers. Pues para eso son los parceros.

Esperamos que cambiaran la canción en el antro y nos fuimos, mi parcero se fue primero, él siempre ha tenido más carisma que otra cosa, siempre le ha funcionado y hoy no fue la excepción. Yo fui después de él, ella aceptó, sonaba una canción de J Balvin, ella bailaba muy bien, una cosa loca, le pregunté su nombre y respondí de la manera más estúpida posible –Cómo te llamas...María, qué lindo nombre, no, nunca lo había oído–, lo bueno es que lo cogió como chiste, así que me reí como parecer menos pendejo. Después de unas canciones estábamos hablando de las canciones y de cómo nuestros amigos bailaban. Era más feliz que un político en Navidad, pero la felicidad no me duró mucho, porque María me pregunto, –Andrés, ¿tu amigo está soltero? –, sentí que esa pregunta me atravesó el pecho como Son Gokū atravesó a Piccolo con el puño del dragón. Me afecto más que la reforma laboral y el coronavirus junto, pero le dije – sí, él está soltero... ¿si quieres te lo presentó? –, pues para eso son los parceros, así que los presento y veo a la amiga de María y le digo –¿que te tomas y tan? – y comenzó el acto ridículo de coquetear otra vez.

Nicolás Amézquita

Bogotá - Colombia

2020