sʜᴇ ᴡᴀs ғɪʀsᴛ (I)

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~I hate you I love you
I hate that I love you
Don't want to, but I can't put
Nobody else above you
I hate you I love you
I hate that I want you
You want her, you need her
And I'll never be her~

Malditos sentimientos, no puedes controlarlos, evitarlos o siquiera decidir por quien los tienes. Odio que los seres humanos seamos tan dependientes del cariño, de la sensación de sentirnos amados, odio que esa cosa llamada "Amor" quiera experimentar en personas como lo hacen los científicos con sus conejillos de indias. Antes de enamorarme, me hubiera gustado ser consciente de los riesgos a los que se enfrentaba mi corazón para así poder haberlo evitado. Aunque de una u otra manera era imposible, yo estaba destinada a amarlo.

—¡Jang ______!— musitó el profesor e inmediatamente me levanté a recoger mi examen— Felicidades, tienes diez como siempre— sonrió el Señor Soo.

—Gracias profesor— plasmé mi mejor intento de sonrisa y me retiré de nuevo a mi asiento con la apariencia demacrada que últimamente se me estaba acostumbrando a ver en mí.

Unos ojos esmeralda me siguieron hasta que estuve de nuevo sentada, odiaba que me dedicara esa perfecta sonrisa y su que su cabello pareciera siempre recién salido del estilista. La odiaba tanto, pero me odiaba más a mí por odiarla.

—¿Cuánto obtuviste? no te ves muy feliz que digamos— comentó Haerin, mi mejor amiga de ojos esmeralda.

—Diez— dije en un suspiro, tratando de sonar indiferente. No quería preguntas, pero por desgracias nunca fui alguien con suerte.

—Y ¿Por qué la cara larga?— intervino esta vez Jae Ra, mi otra amiga.

A pesar de no tener los ojos verdes, la mirada de Jae Ra intimidaba. Parecía querer ver dentro de mí y sonsacar lo que sea que le estuviera ocultando. Porque efectivamente sabía que algo tenía para ocultar.

—No me siento muy bien hoy, es todo— no sé si eso las convenció o no, pero no pareció importar porque Haerin cambió el tema para centrarse en ella, como era costumbre.

—Bueno chicas, tenemos que quedar esta tarde en mi casa. Ayer Jimin me invitó a salir, estoy tan feliz— suspiró Haerin embobada y mis únicos deseos eran tomar el papel de mi examen y hacer que se atragantase con el para que no pudiera pronunciar su nombre nunca más.

—Es tan lindo— Jae Ra era una romántica empedernida, tanto que a veces la incluía en mis sueños de tortura dedicados a Haerin.

—Esta tarde no puedo, Jungkook me pidió ayuda con las audiciones de primer año. Quiere mi opinión para formar el equipo— tal vez eso no era completamente verdad, porque hace un par de días rechacé su oferta cuando me lo propuso.

Y, a pesar de que no me apeteciera en lo absoluto ver a niños corriendo detrás del balón, para luego arruinar sus caras esperanzadas cuando no fueran seleccionados; me apetecía aún menos ver a Haerin arreglarse para su cita.

𝕊𝕙𝕖 𝕎𝕒𝕤 𝔽𝕚𝕣𝕤𝕥《ℙ𝕒𝕣𝕜 𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora