Capitulo 1

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Le palpitaba la cabeza mientras abría lentamente sus ojos secos y cansados. ¡Por dios! ¿Por qué dejo que me convenza de estas cosas? La luz del día iluminaba la habitación lo suficiente para que ella hiciera su chequeo matutino. Estoy en mi cuarto, en mi cama. Bueno. Ella probó su nivel de resaca. Gira la cabeza hacia la izquierda. No está mal. Y a la derecha. Un poco blandito entre las orejas, pero no creo que vaya a estar enferma. Excelente.

Mientras escaneaba su cerebro en busca de recuerdos de la noche anterior, fue interrumpida rápidamente al darse cuenta que no sólo le dolía la cabeza, sino también la muñeca derecha. Debe haberlo raspado en algo. Dios sabe que he sufrido una buena cantidad de hematomas, golpes y ampollas por borrachera. Aún debajo de las sábanas, tocó ligeramente la piel del interior de su muñeca con la punta de los dedos. ¡Mierda! La colorada se levantó y se quitó las mantas. Ella sostuvo su brazo derecho con su mano izquierda y miró hacía abajo con incredulidad.

El repentino movimiento envió una ola de dolor a su ya dolorida cabeza. Ella parpadeo una vez, dos veces... No, no, esto no puede ser. ¡Esto no pudo haber sucedido! Cuando la realidad se hundió y la posibilidad de que todo fuera un sueño se escapó, Jazmín miró su muñeca suave y pálida y todo lo que pudo ver fue la letra F tatuada en su piel.

"¡JAVOOOOO!"

***

"¡¿Cómo pudiste dejarme hacer esto ?!" Jazmín estaba levantada y fuera de la cama caminado alrededor de la habitación en nada más que sus bragas y una camiseta. La modestia no ocupaba un lugar destacado en su lista de prioridades en este momento y, además, sólo era Javo. "No soy una persona de 'tatuajes'. Me vuelvo directo y hago trabajo voluntario. ¡Tengo una carrera y un futuro en qué pensar!" Jazmín dejó de pasearse de repente, "Voy a tener que usar mangas largas por el resto de mi vida".

Javo se incorporó sobre los codos desde su cama improvisada en el piso al lado de la cama de Jazmín. Todavía estaba medio dormido, pero sabía qie no debía quejarse de la estridente y sorprendente llamada de atención que recibió momentos antes.

"¡Esto no puede ser real! ¡Simplemente no puede! ¡Mirá esto, Javo! ¡Miralo¡ ¿Una F? ¿Una F? ¡¿Por qué mierda me tatuaria la letra F en mi cuerpo?! Que persona irresponsable y estúpida se despierta con una F tatuada en su muñeca y no recuerda como llegó ahí.

Jazmín estaba completamente enloquecida y Javo no tenía palabras para tranquilizarla. Él la observó mientras ella daba vueltas alrededor de la habitación en pánico, cada pocos segundos mirando la nueva adición a su epidermis. Javo se movió sobre un codo y se frotó la parte posterior de la cabeza. Mientras bajaba la mano, vislumbró algo en su propia muñeca que no estaba ahí la ultima vez que miró.

Jazmín continuó con su perorata, que ahora comenzaba a perder fuerza y finalmente dejó de pasearse, "...y para agregar insulto a la puta lesión, ¡duele como la puta madre!" Ella dejó caer los brazos a los costados en señal de rendición y miró a Javo en busca de ayuda.

"Te compadezco en eso, cachito". Javo levantó su propia muñeca y la giró para que ella la viera. ¡La mandíbula de Jazmín cayó al suelo mientras miraba con los ojos bien abiertos la nueva tinta en su muñeca! La letra v.

***

Javo y Jazmín se sentaron juntos en el borde de la cama de Jazmín. Ninguno de los dos había dicho una palabra en bastante tiempo. Esta no era la forma en que Jazmín había imaginado pasar su fin de semana con Javo cuando le dijo por primera vez que vendría de visita.

Había pasado casi siete meses desde que se habían visto. Javo se había quedado en Mar del plata y ahora dirigía el bar de su tió Marcelo. Jazmín, por supuesto, se mudó a Capital para comenzar su primer año de universidad. Ni siquiera había vuelto a casa para las vacaciones de navidad y, en cambio, Clara y Herber habían pasado unos dias con ella en la ciudad.

Tinta FLOZMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora