━Fortune cookie♡︎SeokHui

🥠第四🥠

▸▹Quiero hablarte de la forma adecuada, pero no tengo la suficiente confianza. Incluso ya puedo imaginar tu reacción◃◂

🥠

Era la tercera vez que Jun regresaba a su asiento con aquel libro ajeno de cálculo en sus manos.

El día anterior Jun en su andar a la salida de la escuela por pura casualidad dio una mirada a los abundantes arbustos, encontrándose con un libro, de dueño llamado Seokmin según la portada, en una de las bancas que estaban a un lado de las frondosas hojas verdes.

Lo tomó en sus manos asegurándose de devolver el libro al dueño.

El problema era que se sentía apocado y no tenía la suficiente valentía para acercarse al pelinegro. Y mucho menos si Seokmin estaba con su numeroso grupo de amigos.

La ansiedad comenzó a ganar a Jun y decidió sacar del bolsillo de su mochila una de esas galletas de la fortuna y devorarla sin cuidado alguno. Su más grande excusa era que el sabor de aquellas galletas era de lo más adictivo y delicioso.

Solo que esa vez no se tomaría la molestia de ver el contenido del papel.

Pero su mirada se encontró con la de Seokmin y para esquivarla bajo la vista al papel.

⤫𝘚𝘪 𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘦𝘴 7 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴, 𝘭𝘦𝘷𝘢𝘯𝘵𝘢𝘵𝘦 8.⤫

No le dio gran importancia, se enfocó más en calmar su acelerado corazón sintiendo su rostro caliente también.

El timbre sonó dando aviso a que el descanso había finalizado, entonces decidió acercarse a Seokmin con gran valentía. Era conocedor de que los amigos del coreano cuando acababa el descanso corrían velozmente a por una paleta de nieve, menos Seokmin.

Y así sucedió. Se acercó a Seokmin tratando de lucir desinteresado.

Cuando llegó frente a él, con expresión serena pero con el corazón retumbando en sus oídos, extendió el libro al pelinegro.

Seokmin sonrió grandemente mientras agarraba el libro rozando sus dedos con los de Jun intencionalmente.

—Muchas gracias por encontrar mi libro y guardarlo, hyung— dio una pequeña reverencia ante Jun—. Si no fuera por usted tal vez estaría perdido por un tiempo.

Jun solo asintió y se retiró de la cercanía del pelinegro, ubicándose en su lugar. Una inmensa sonrisa se instaló en su rostro y probablemente no se iría nunca en todo el día.