El arrebol mostrabase sobre aquel roto cielo,
tiñó las sonrisas de aquellos niños retozando,
tu corazón dio más de un vuelco,
el somnoliento riuseñor pudo notarlo.
Pude ver aquel cambio en tus ojos,
ojos cafés y temblorosos,
que reverberaron en aquella tarde de Abril.