C a p í t u l o I

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Narrador POV

Nix estaba confundida, mareada y sentía que le faltaba el oxígeno, esto era debido a que llevaba mucho tiempo en la oscuridad y la luz de la Luna de Fuego que incidía sobre ella, le ocasionaba esos síntomas, por lo que tuvo que esperar una media hora a la sombra de un robusto árbol a que sus ojos se volvieran a acostumbrar a la luz del día.

Al mejorar su visión, con la vista investigó sus alrededores y divisó a su lado a una pequeña lobita, que se encontraba acurrucada bajo la capa de lo que parecía ser una seda muy fina. Nix no le dio importancia a la tela sino a la pequeña loba que la miraba fijamente con la cabecita asomada por el borde de la capa y con sus ojos rosados llenos de brillo. La tomo en sus brazos y le dio un fuerte abrazo sujetando su blanco y aterciopelado pelaje con delicadeza. De repente lágrimas comenzaron a salir de sus ojos cayendo por su rostro como cascadas de aguas transparentes.
Nix no sabía el por qué, pero sentía que ese pequeño animal era como ella, aún sin saber quién era realmente, ni siquiera su nombre.

No recordaba nada, ni siquiera la terrorífica imagen que observaba con sus ojos llorosos en aquel instante. Imagen que había visto muy de cerca hacia cerca de unos nueve años. Cadáveres por todos lados. Hombres, mujeres, ancianos y hasta niños se encontraban encerrados en sus propias casas, prisioneros del fuego, pidiendo ayuda a gritos, mientras que otros lanzaban con cubos, agua intentando apagarlo. Terrenos devastados, cosechas muertas, calcinadas, animales desollados, era literalmente un caos.

Los finos ojos de Nix no aguantaron tal escenario, por lo que con un brusco movimiento apartó la mirada hacia el lado contrario. Para su sorpresa se encontró con algo que la dejo perpleja. Era un bello arrollo, el cual parecía ser lo único junto al árbol donde se encontraba acostaba, que no había sido afectado por la destrucción, pudo darse cuenta de esto debido a que al otro lado del río continuaba aquella pesadilla, llena de gritos y desesperación.

De un salto la pequeña loba se soltó de sus brazos y fue a beber con rapidez agua del río.

- ¿Estas sedienta? - le pregunta Nix con una sonrisa en sus dulces labios, y la loba a su vez con un ladrido contesta su duda.

Nix suelta una pequeña carcajada cuando se puso con suavidad al lado del tierno animal. Con miedo, de después de observar todo aquel horrible campo de batalla encontrarse con el rostro quemado o demacrado, decide ver su reflejo en el agua del río. Puso su cara en frente de las aguas y con valentía abrió los ojos. Lo que vio, para ella fue una grata sorpresa, presentaba una belleza incalculable.

Una piel pálida, contrastada por los finos y sutilmente rizados cabellos negros azabache que caían por los lados de su rostro. Unos ojos verdes, pero no un verde cualquiera, sino un verde esmeralda en el centro y un azul cielo a los bordes del iris, unos ojos imponentes y con un brillo inagotable. Unos labios de un rojo natural y una nariz afilada.

Al verse Nix comenzó a tocar su rostro para comprobar que no se encontraba soñando y se sintió muy feliz al confirmarlo. Pero...una cosa llamó su atención, una capucha que llevaba sobre sus cabellos, estaba atada a la capa donde encontró a la loba acurrucada, con dos cordones hechos un lazo en su delicado cuello.

Al quitársela quedo desnuda y pudo ver con más claridad que se trataba de la más fina de las sedas, de un rojo tan oscuro que parecía negro a simple vista. Sus bordes eran un encaje de flores negras que combinaba perfectamente con los cordones que constituían la unión de la capucha con la capa.

Quedó completamente anonadada con la belleza de aquella prenda que por razones que desconocía se encontraba cubriendo su cuerpo.

- ¡¿Qué es esto?! - exclamó sorprendida.

Había encontrado justo por dentro de la capucha una frase bordada con un hilo blanco de un curioso brillo. Está frase era:

"Debes de sumergirte en el Lago de los Recuerdos Oscuros sin ser observada, para encontrar respuestas"

Nix por unos segundos se quedo pensando, no sabía de quién era la prenda que sostenía en las manos, ni quién había bordado aquellas palabras. Lo que si sabía era que no recordaba porque se encontraba en aquel lugar, quién era o siquiera su nombre. También sabía que era mucho más importante el encontrarle respuesta a esas preguntas que la de saber la procedencia de una prenda de ropa.

Así que Nix se puso la capa, se ató los cordones en el cuello nuevamente y luego la cerró con sus manos de manera que su cuerpo no se viera, esto hacia que no pudiera utilizar mucho sus manos, ya que si soltaba la capa, se abría y quedaba desnuda a la vista de todos. También con la capucha refugió su cabeza de la luz de la Luna de Fuego, que aunque ya menos, le seguía afectando los ojos.

Se levantó y al dar el primer paso se preguntó a si misma ¿Cómo se llega hasta el Lago de los Recuerdos Oscuros? En ese mismo instante la pequeña loba comenzó a dar saltos de aquí para allá, y mordiendole la capa a Nix le señaló el camino de detrás del árbol. Nix se agachó y acariciando su pequeña cabeza, le pregunto con una sonrisa:

- ¿Sabes donde se encuentra el lago, pequeña amiga? -

Y el animal con un aullido contesto su pregunta.

- Pues guíame - dijo mientras se ponía de pie.

Así juntas comenzaron su viaje, en busca de respuestas...

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⏰ Última actualización: May 05, 2022 ⏰

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