Capítulo I

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Así que lo hice de nuevo, aventurarme de nuevo al lugar donde prometía no volver jamás cada vez que se acercaba la fecha . Había terminado de hacer mi mochila de mano y fijar la alarma que haría presencia a las 4:00 a.m. Me sentía un poco cansada de tanto ajetreo a lo largo del día, ir a llevar el equipaje fue un poco pesado de tantas cosas que debíamos de estar trayendo y llevando continuamente, pero que finalmente todo había resultado de manera bastante rápida al trasladar las cosas al camión de almacenamiento. Desde pequeña me había gustado mucho el bosque, pero hasta hace poco me había adentrado a este pequeño mundo donde ir de campamento reforzaba su habilidad de supervivencia y ser algo así como un scout, llevaba aproximadamente dos años y medio en el grupo, lo que significa que este era mi quinto campamento, ya que cada año se hacían dos: Uno en el verano y otro por el invierno.

En fin, por fin había decidido dormir, ya que pocas hora más tarde tendría que madrugar el día de mañana bastante temprano, nunca me habría considerado buena para despertar tan temprano y mi cara de fastidio es la prueba viviente de ello por las mañanas; pero antes de dormir me gustaba recordarme que debía obligar a mi cuerpo a despertar exactamente cuándo sonará la alarma sin darle vueltas al asunto y divagar imaginando que despierto cuando realmente seguía con los ojos cerrados, porque a las 4:30 a.m. tendríamos primera formación para corroborar que todas las campistas estemos completas y ninguna de las uniones se encontrarán con inconvenientes. Creo que olvidé mencionarlo, pero nos dividían en dos: Hombres y mujeres.

Desperté con la maldita alarma sonando a todo volumen y me comenzó a doler la cabeza por ese extraño sonido procedente de ella, un momento... Esa canción no la tengo definida para tono de alarma, ese es mi tono de llamada ¿Qué rayos?, contesté rápidamente y alarmada cuando de pronto alguien me estaba gritándome a través del teléfono.

— ¡¿Jolie dónde estás?! ¡Ya van a ser las 5:00 a.m. y no llegas!

Comprobé rápidamente la hora en mi teléfono y era verdad, ¡Santa papaya! La alarma no sonó.

— Lo siento, lo siento, la alarma no sonó, acabo de despertar pero ahora mismo voy para allá, iré lo más pronto posible, lo siento.

— Te perdiste primera formación y las dirigentes están preocupadas por ti, llega a tiempo pronto que ya estamos subiendo al camión.

Finalizó la llamada y mamá llegó a mi habitación con una expresión en su rostro de forma desesperada diciéndome lo que ya sabía, me cambie velozmente mientras mamá sacaba el auto de la cochera y salimos en fuga rumbo al punto de encuentro, en el trayecto no podía dejar de sentirme preocupada, viendo los semáforos directamente como si eso hiciera alguna diferencia y dejarán de ponerse la lucecita roja.

Llegando me despedí de mamá bajando rápidamente con mi mochila de mano colgada en mi espalda y un poco desorientada ya que no encontraba a mi unión por ningún lado, me acerque con una dirigente a preguntar dónde se encontraban las chicas y me indicó que ya estaban subiendo al camión con reproche en su mirada por mi tardanza. Subí al camión buscando un lugar donde sentarme, hasta que las vi haciéndome señas para ir junto a ellas.

— Lo lamento chicas, la alarma no sonó y vine lo más rápido que pude -dije con un tinte de desesperación .

— Está bien, llegaste justo a tiempo; a la próxima organízate mejor Jolie -dijo Sydney, mi jefa de unión en un tono severo.

Asentí con la cabeza nuevamente disculpándome y tome asiento. Comencé a trenzar mi cabello en 2 partes ya que no había alcanzado a arreglarme; el trayecto al bosque fue un poco largo así que abrí mi mochila de mano y saqué un paquete de galletas para comer tranquilamente, al terminar decidí dormir un poco para guardar energía.

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