El fuerte olor que no podía categorizar como algo conocido entró a sus fosas nasales en una estocada certera. Estaba confundida y ese bendito olor penetrante no paraba de contaminar el aire que respiraba haciéndole imposible pensar en otra cosa que no fuese apartarlo o eliminarlo.
Abrió los ojos volviendo a la vida, sin recordar como había llegado a su cama, su último recuerdo era ella caminando por las calles de Mayfair hacia su casa y luego... nada.
-¿Como se siente Milady?- la pregunta efectuda por una voz varonil la hizo salir de esa bruma de confusión al instante.
El extraño estaba de pie junto a su cama observándola con atención, tratándo de leer cada uno de sus movimientos con ojo crítico, mientras ella apenas y podía enfocar algo con claridad.
Estuvo apunto de soltar un grito para alertar el personal de la mansión pero la voz de su nana preguntándole al extraño que hacer la tranquilizó un poco. Pero no lo suficiente, alguien tenía que explicarle que sucedía ahí o rodarían cabezas... bueno quizá no exactamente.
-No sé altere milady soy doctor- informó el extraño con una sonrisa amable pero cautelosa -usted tuvo un accidente cuando se atravesó enfrente a un coche- terminó de explicar el matasanos midiendo cada una de sus palabras como si hablara con una niña pequeña.
Cerró los ojos tratando de recordar el accidente pero solo logró causarse un dolor de cabeza terrible y eso la puso aún más inquieta y de paso se dicho molesta. Aunque poco a poco lograba cavilar ideas más claras. Su cuarto estaba ocupado por varias doncellas que llevaban y traían cosas, su nana que la miraba preocupada y un hombre que debía reconocer en nada se parecia a un doctor.
-¿Como pasó?- quiso saber sosteniéndose la cabeza que cada vez le pesaba más.
-No lo sé con certeza milady cuando yo llegue usted estaba rodeada de muchas personas y el duque que utilizaba el coche con el que se accidentó.
-¿Hubo más heridos?- preguntó angustiada aquello sonaba bastante alarmante.
-Por fortuna nadie resultó herido, nadie más que usted por supuesto.
Eso la tranquilizó pero no demasiado sentía que se estaba perdiendose un detalle importante, quizá fue solo el golpe en la cabeza, o la molestia por no recordar el episodio por completo, pero el malestar persistió aún cuando su padre y hermano entraron a su habitación preocupados a abrazarla como si hubiese estado sin despertar por semanas.
Los golpes que tenía eran superficiales, nada que no pudiera ser disimulado con un vestido de manga larga, según el doctor tuvo suerte de la rápido reacción del cochero y que el golpe en su cabeza no parecía presentar inflamación.
-Fue un placer prestar mis servicios milady- dijo el doctor realizando una inclinación antes de salir de la habitación.
Ella se sintió obligada a seguirlo con la mirada, el hombre vestía más como un noble que como un doctor, además era inmensamente más joven que cualquiera que la hubiese asistido antes, podía decir que el hombre le causaba curiosidad genuina y seria una verdadera mentirosa si no aceptaba que el doctor era al menos tolerable y siendo más objetiva bastante atractivo.
Su padre y hermano la bombardearon de preguntas que iba respondiendo poco a poco. Después del impacto inicial de despertar desorientada, lentamente recordó caminar junto a su doncella y luego correr para intentar apartar un niño del inminente impacto con un coche llevándose ella el golpe en su lugar. La doncella le dijo que la mamá del afectado se llevó al niño apresurada al ver el alboroto, al menos podía estar tranquila al saber que rescató al infante de una posible muerte. Lo demás estaba borroso escuchaba voces pero se mezclaban con recuerdos de personas indeseables y murmullos que no eran lo suficientemente claros como para entenderlos.
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Lady Grayson Decide Casarse
Narrativa StoricaLady Monett Grayson ha renegado de su suerte en el amor desde que el hombre que robó su corazón allá por su primera temporada la dejó con una promesa de amor esperando un compromiso que jamás llegó a concentrarse. Desde ese momento decidió que el am...