Blue, Charlie, Delta y Echo

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Su puerta tiene un hoyo del tamaño de un chihuahua ¡¡Su puerta tiene un maldito hoyo!! Tiene que hacer algo antes de que sus chicas destruyan por completo su bungalow.
Chapter Text

Sentía comprensión hacia sus demás compañeros de trabajo por lidiar con las masas de gente en el parque, más aun con niños gritones. Así es como se sentía ahora mismo con cuatro velociraptors que si no hacía algo ahora mismo, su pequeña pero hermosa casa se vendría hacia abajo. Tal como su puerta. Que tenía un hoyo del tamaño de un chihuahua en ella.

Aún recuerda las primeras semanas de Blue. La más grande de ellas. No podía pasar ni un segundo separada de su alfa y si lo hacía, chillaba con todo el poder de sus pulmones. Y cuando aprendió a usar sus pequeñas piernas... era una pequeña bola de energía. Tuvo que poner seguros para niños en todo el lugar para evitar que la curiosidad de Blue la metiera en problemas ¡¡Incluso puso uno en el refrigerado!!

Luego, dos meses después de que Blue nació, llegó Delta y Echo, eran peor que Blue. Al punto que los seguros contra niños no sirvieron de nada. Ya van varias veces que tiene que pedir otra televisión nueva. Y aun no se puede explicar cómo Echo termino en el techo de su casa. Obtuvo un brazo roto por intentar bajarla, y aun Barry se ríe de el por eso. Oh, también comenzaron a desaparecer sus herramientas.

Luego estaba Charlie ¡¡Que dios lo bendiga!! De las cuatro, ella era la más pequeña, y para su suerte, la más tranquila. Era un pedazo de cielo comparado con sus hermanas. Siempre le hacía caso, además de Blue, y jamas causaba problemas. Era él bebe de la manada. Y era quien recibía amor extra. Cuando Echo y Delta nacieron, habían sido tres huevos. El Dr. Wu le había dicho que era normal que pasara pero Owen no se rindió, ya había perdido demasiados como para perder otro más. Así que se lo llevo a su bungaló, ya que los del laboratorio lo dieron por perdido, fue gracias a él y sus hermanas que Charlie llego al mundo.

Así que ahora, Blue con cuatro meses, Echo y delta con dos, y al final Charlie, son una fuerte presencia en su mente.

"Así que..." Miro a sus cuatro hijas que lo miraban inquietas. "¿Alguien tiene algo que decir?" Ellas dieron sus disculpas a través del vínculo. Owen suspiro, no podía enojarse con ellas pero tenía que enseñarles que no podían destruir su pequeña morada.

"¡Oigan, sé que este lugar es un asco pero es donde vivo!" Exclamo. "¡Ugh! ¿Saben qué? No habrá Oreos esta semana" Les dijo y las cuatro piaron en unísono. Las galletas Oreos eran su postre favorito. No todos los dinosaurios de esta isla eran tolerantes a la lactosa y el chocolate.

"¿Y el helado?" Le pregunto Charlie. Siempre podía platicar con ellas y recibir una respuesta, pero jamas lo ha hecho en público porque alguien puede considerarlo una especie de loco. Aunque, Barry es el único que lo ha hecho y la ha dado miradas extrañas. Tendrá que explicárselo algún dia, pero ahora, su puerta necesitaba ser reparada.

"No, no habrá helado" Le dijo a Charlie y las cuatro dieron a conocer su tristeza. Olvidándose de las miradas tristes de los cuatro dinosaurios, saco su celular y oprimió en 1 en marcación rápida. Era el número de Barry. Espero unos segundos hasta que la voz de su amigo sonó por el otro lado de la línea. "¡Hey, Barry! ¿Podrías traerme varias tablas de madera? Las niñas volvieron a romper mi puerta"

"¡Otra vez!" Exclamo Barry. Él era el nuevo entrenador de las chicas, aunque era más su cuidador más que nada. "¡Owen, ya son seis puertas este mes! Estoy seguro que en un futuro próximo Claire de va a descontar todo eso de tu sueldo"

"Oh vamos Barry, tu sabes que me adora. No sería capaz de hacerme algo así" Claire Dearing, apodada por el resto de los trabajadores como 'Rexy en tacones'— apodo estúpido pero are adecuado—, porque siempre causaba miedo entre los miembros del staff. Y a él le gustaba eso en una mujer de la talla de Claire. Una mujer en control, con sus límites bien puestos. Así que le pidió que salieran una noche... la peor cita de su vida. Primero porque Delta se puso celosa, o más bien las cuatro, y decidieron que sería divertido volver los únicos pantalones elegante que tenía en pedazos de tela, que ahora eran parte de su nido improvisado. Al final tuvo que usar shorts, y a Claire no le gustó nada de eso. ¡Pero hey! ¡¿Quién en su sano juicio imprime un itinerario para su cita y mucho menos no acepta un tequila?! ¡Además estaban en Centro América, y hacia el suficiente calor como para llevar shorts! Pero aun así, la cita fue un desastre.

"No tiente tu suerte Owen, sabes que esa mujer puede volverte la vida imposible si se lo propone" Se burló Barry.

"Me a ma Barry, pero aun así me sería de gran ayuda que me trajeras lo que te pedí" Le recordó a su amigo. Pudo escuchar el suspiro y la pequeña sonrisa que apareció en su rostro. "Por favor" Suplico.

"Está bien, pero dile a las chicas, que si vuelven a romper otra cosa, no voy a llevarte nada. Sabes lo incomodo que se sintió cuando fui a pedir un nuevo inodoro todo porque Delta lo rompió ¡¡Aun ni siquiera me explico cómo es que lo hizo!!" Se rio Owen, y transmitió su diversión con el resto de la manada. Delta le dio la versión de una sonrisa. Era algo... perturbadora, para alguien más excepto el.

"Okay..." Le dijo y después se soltó a reír.

"¡Hablo en serio Owen!"

"Está bien cariño" Bromeo entre risas. "Los niños te mandan saludo y llega temprano cenar"

"¡Ugh! Suenas tan gay cuando haces eso" Le respondió Barry.

"Cuelga tu primero" Fingió hablar como chica enamorada despidiéndose de su novio por teléfono, y pudo imaginar cómo Barry giraba los ojos.

"¡Ugh! Bye Owen" Colgó y se soltó a carcajadas. Sus cuatro hijas se unieron. Si su alfa estaba feliz, ellas también. Despues de calmarse, Charlie pregunto de nuevo.

"¿Helado?"

"¡No!"

Eres parte de la manada ahoraWhere stories live. Discover now