C1: Daira

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Estaba delante de la puerta de su casa corroborando la hora en mi celular y la dirección en el papelito a pesar de que ya lo había hecho unas diez veces. "Tal vez debí haber llamado" pensé, después de todo no le había dicho un sí concreto a su invitación cuando me invitó. Busqué su número, que ya había guardado en mi celular, para llamarlo, pero mi dedo pulgar se congeló a mitad de la acción.

Voté el aire que al parecer había estado conteniendo. Estaba nervioso, muy nervioso, más de lo que me gustaría admitir. Estiré el brazo para tocar el timbre con la mano temblorosa y cuando al final lo hice entré en un enorme pánico ¡¿Qué carajos estaba haciendo en la casa mi ex?! ¿Qué demonios pretendía si ahora estaba casado y tenía una hija? Estaba claro que aún seguía teniendo sentimientos por él y que entrar solo complicaría las cosas.

Estuve a punto de salir corriendo de allí como si no hubiera un mañana, incluso ya me había girado para hacerlo, pero en ese momento la puerta se abrió. "Demasiado tarde" pensé y volví a girarme esperando encontrarme a Temo en la puerta.

Para mi sorpresa no fue a él a quién vi. Por un instante creí que la puerta se había abierto sola pues no vi a nadie, pero luego bajé la vista. Una niña de un cabello rizado oscurono estaba seguro si era negro o un marrón bien oscuroque le llegaba un poco más allá de la cintura y unos hermosos ojos café me mira desde abajo con curiosidad, como si intentara recordarme de algo. Era preciosa, no le ponía más de 8 años. De pronto, sus ojitos se abren como platos, como si me hubiera reconocido.

Tú... tú eres...tartamudeó de la impresión.

¿Sí?digo extrañado por su reacción ¿Acaso su padre le había hablado de mí? 

¡Eres Aristóteles Córcega! Dios mío, no puedo creer que seas túdice sonriendo a más no poder y dando saltitos de la emoción.

Es ahí cuando me di cuenta ¡Esta niña era una de mis fans! Me conocía por mis canciones. No me lo esperaba para nada. Es decir, sí sé que soy medianamente conocido en México, pero no sabía que generaciones tan jóvenes también escuchaban mi música. Saber que esta niña conocía mi trabajo me alagó bastante.

Perdóndijo y tosió como queriendo arreglar su voz. Buenas tardes, es un placer conocerle, señor Córcegame estiró la mano a modo de saludo.

Reí por lo adorable que ella se veía haciendo ese gesto de saludo y me puse a su altura para estrecharle mejor la mano.

Dime, Ari, por favor. El señor Córcega es mi padre. Es un placer conocerte a ti también, eh....

Daira, me llamo Daira.

Daira... ¿Están tus papás aquí?

Daira, cuantas veces tengo que decirte...de pronto Temo apareció tras su hija con expresión cansada, pero detuvo su regaño en cuanto me vio¡Aristóteles!ensancha los ojos enormemente¡¿Qué haces aquí?!—me reclamó, parecía mortificado por algún motivo.

—Tú me invitaste, ¿recuerdas?

—Te envié un...—se interrumpió para toser. Ahora que lo pensaba también se oía algo constipado—Te envié un mensaje, diciendo que hoy no podía recibirte y para quedar otro día.—lo miré extrañado.

—Yo no recibí nada.

—Caraj-¡Achuu!—se tapó al estornudar— ¿Cambiaste de número no es así?—asentí—. Genial...—se llevó una mano a la frente , claramente exhausto.

Lo miré con más detenimiento, aún llevaba ropa de dormir puesta y estaba algo más pálido de lo normal, además de tener la nariz algo roja. No había que ser muy inteligente para deducir lo que había pasado: Temo despertó enfermo hoy y por eso había cancelado nuestro almuerzo, bueno, intentado cancelarlo.

10 AÑOS - 𝐟𝐥𝐮𝐟𝐟 𝐟𝐞𝐬𝐭 𝐀𝐫𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora