Capitulo I

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-El caballo sólo puede llevarla a usted,nada más.

La señorita Odette no pudo evitar mirarle con enojo y responderle de forma instintiva:

-¡De ninguna manera!

-Un maletín no es razón para lamentarse,señorita.

-Señor, usted comprenda; aquí esta todo mi trabajo ¿Qué haría yo sin todo lo que tengo aquí?

-¿Y dejar que vengan los bandidos?

-No creo que se lleven unos cuantos libros...

-Unos libros no,pero existen otras cosas de su interes como sus prendas,joyas que puede llevar a la mano o incluso a usted misma.

La señorita Odette se exaltó:

-Señor, ¿cómo puede hablar con ese vocabulario ante una señorita?

Él simplemente se volvió a su caballo negro para tomar el sendero hacía el pueblo.

-Decida-dijo pasando de largo la pregunta- ¿Su maletín o usted?

La señorita Odette miró un rato su maletín y se volvió a el señor que le había causado un gran disgusto.
Sin decir nada, se acercó a él y extendió su mano de forma de que la ayudara a subir al caballo. Necesitaba ir al pueblo lo antes posible.

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