×CAP 2×

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_Mis lindas y dolorosas marcas. En esos momentos cuando sabes que en tu cuerpo quedan todas ellas, viniendo de las muñecas de las manos hasta lo profundo de tu confuso corazón, ardiendo por ti o lastimado por otro ser humano cómo tú o yo, sé que eres analítico, en este caso no tendré que explicar lo que acabo de pensar o lo que acabas de leer.-

_Esta noche, cuando mi madre me gritó, cuando toda la materia se postró en contra mía, cuando estuve en contra de todo y de todos sin poder defenderme al impacto de negatividad que sentía en ese momento, marcó todos mis recuerdos y mi cordura si es que aún tenía, en ese momento de insatisfacción cuando tenía que explicarle a mi madre algo que yo tampoco sabía la razón o tal vez vagamente lo sabía, pero ¿Como explicar algo cuando estás a punto de entrar en pánico? Cuando tu cuerpo reacciona a todo lo que a pasado en toda tu vida y tener que arreglar algo que no hiciste en una noche, ese momento en el qué solo quieres regresar el tiempo y dejar que todo lo maligno siga apoderándose hasta que encuentres otra manera más factible de remendar lo que tal vez nunca se arregle. -

-¡Qué pasó Leilany! - Mi madre gritó.

_Yo... - Nerviosa caí en el suelo esperando el castigo, ya que sabía que jamás me dejaría explicar.

-¡Tú! Hiciste esto, es tu tío estúpida. ¡Que piensas hacer! ¿En qué estabas pensando? Inconsciente, estás más inconsciente en vida que él casi muerto. - Ésta me tomó de las raíces de mi pelo, se acercó a mi cara informándome lo siguiente: "Jamás te voy a perdonar". Ella me pegaba sin parar, o al menos eso sentía yo.

_Al terminar de desquitarse conmigo me dijo con una voz gruesa, unos ojos penetrantes y oscuros qué llamara a algún doctor o ambulancia para saber si aún seguía vivo ya que al parecer su respiración seguía en constancia. -

_Disculpen. - Dije con una voz quebradiza y resistente para que pudieran entender lo qué yo tenía para informar.
_ Mi tío, él está herido. - Realmente estaba preocupada por Ismael ya que yo no sabía qué lo había lastimado tan ferozmente.

-Niña. ¿Puedes decirme el nombre de tu tío y la dirección de tu casa?- Respondió una mujer algo apresurada.

_Ismael... - Recordé que no sabía la dirección de mi casa y quedé callada por unos segundos. -No. - Respondí haciendo referencia a que no sabía la información que me había pedido la mujer.

-Bien, intentaremos llegar pronto. - La mujer corta la llamada y volteo a ver a mi madre, ella lloraba intentando de que Ismael no se fuera aún, a pesar del daño que le había causado, bueno, ó eso pensé hasta el momento, si ella le lloraba, quería decir que no estaba obligada a estar con él y no era tan infeliz como lo mostraba...
_Tal vez si lo amaba, seguro de que si lo quería. Mientras lo llevan en esa camilla, mientras se despliegan varios trozos de su piel, mi madre está en agonía, yo veo borroso, logro ver la luz un hombre borroso y caigo el el suelo. -

<Horas después>

-Al fin abres los ojos, ya estaba preocupada. - Habló la doctora con un tono amable y cálido. De inmediato me siento en la camilla para no estar incomoda.

_¿Mi mamá? - Pregunté breve.

-Ella está con Ismael. ¿Quieres comida? - Volvió a hablarme con ese tono amable que emitía.

_Ya veo...Ss~si por favor. - Quería comer.

-Bien. - Me dieron una sopa y un refresco liviano, espero eso esté bien.

-Ya podemos ir a la casa. - Esta vez el tono no era de la enfermera, era de mi madre.

_Buenos días mamá. - Recité con miedo.

-Si. ¿No has dicho nada verdad? - Replica sin ninguna expresión.

_No. - Ya sabía que tenía que irme pero recordé las sombras de la noche anterior y mi mirada era fija en el lapicero del escritorio, yo estaba analizando el por qué aparecieron ese día tan tenso. Caigo en cuenta de que mi madre está esperando fuera de este lugar y me apresuro.

_El viaje en este automóvil ya se torna extraño. No sé qué pasó con Ismael pero imagino que era el hombre con las vendas. Ella me ve como si fuese un monstruo, a veces siento lastima por mi madre, tiene que lidiar conmigo hasta cuando se cansa de mi. Yo la quiero, es extraño pero soy su hija y la quiero. Sé que ella me quiere, tal vez por los recuerdos que su subconsciente demuestra, o bueno, al menos me quiso, después de todo ¿Quien me a dicho que no siente algún tipo de afecto por mí? Tal vez ella sea la única que me quiera o se preocupe por mi, también puede que nadie lo haga. -
_Al fin en casa, se siente tanta paz aquí, sin ruido sin nada, extraño ir a la escuela, eso me distraía de todo, tengo pocos compañeros pero todos son amables. Mi maestra es como esa doctora.

_Ve a tu habitación. - Mi madre dijo algo cabizbaja.

_No respondí, pero rápido me levanté y me acomodé en mi cuarto. -Leisha. - Algo, alguien habla.

_¿Si? - Susurré a pesar de que mi nombre no fuera Leisha.

_Esperé varios minutos una respuesta pero lo que sea que haya sido me hizo caso omiso. Empecé a delirar, me sentía bien, era algo raro, tenía miedo pero sabía que no estaba sola, algo me defendió de mi tío, puede ser un fantasma, quizás el de mi abuelo, él no quería a mi tío. También pudo ser mi imaginación, si fue eso seguro fui yo quien casi mata a Ismael. Pero no fui yo, estoy segura de que...

-Leisha, alto. - Esta vez me habló más fuerte.

_Alto... - Estaba asusta.

-¡Leisha, detente! - Sentí un rasguño en mi brazo, reaccioné a gritar.

_¡Ma, Ayuda!- Grité lo más alto que pude y vi de nuevo mi brazo, estaba bastante profunda la herida, todo empezó a tornarse oscuro, juraría que tenía los ojos abiertos. -Mamá ayuda por favor. - Volví a gritar pero mis oídos se taparon, mi vista era casi completamente ciega, quería abrir la puerta de mi cuarto pero algo me inmovilizó. -Que no me dañes, no pienses de esa manera, no me puedes dañar si viviré contigo. Si sabes que me pongo el nombre que quiera cierto, yo soy sixteen cariño. - Caí al suelo. Totalmente consciente supe lo que dijo, eso es parte de mi imaginación, 16 es parte de ella, seguro tengo problemas o algo así, esto es falso. Mi brazo...

-¿Que pasa? No grite así. - Replicó mi madre, cuando volví a ver con claridad las cosas la herida de mi brazo ardía y se borraba de mi vista, el dolor era casi insoportable, sentía que mi brazo se caería, en ese preciso momento salió una lágrima de mi rostro. Mi mamá lo notó.

-¿Qué tiene? Por favor Leilany, no sobre actúe. - Miró con decepción y se retiro de mi cuanto.

_Entre más desaparecía la herida, más lo resentía mi cuerpo, me sentía cansada y de la nada desparece el dolor. -

- Mis gritos, mi dolor, fue un juego. Yo imagine eso, ese bicho no existe, sé que es falso... Pero me causó dolor. ¿A quien voy a acudir ahora? Esto me está asustando ¿Como alguien o algo me pudo hablar tan calmado sabiendo el daño que me hizo? ...

---Diing-Don---

-Sonó el timbre ensordecedor de la mansión.-

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Opinen un poquito please. Hasta la próxima actualización.

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