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(5:47p.m)

Era momento de regresar a casa después de un largo y duro día de trabajo en la cafetería.

Domingo por la tarde, las calles estaban mojadas debido a la lluvia que nos tomó de sorpresa a muchos, lamentablemente por salir rápido de casa olvidé el paraguas y aquí me tienes, toda mojada.

Tomar el tren no era lo más satisfactorio de mi día a día, pero el sueldo mínimo que ganaba no abastecía para darme lujos de ir en un taxi de aplicativo.

Odiaba como la gente entraba a los vagones empujándome tanto a mi como a los demás. Era tedioso obtener un buen lugar cerca de la puerta para poder salir rápido del tren sin que toda la estampida de gente te impida el paso.

— ¡Hey!, No empuje, de todos modos todos estaremos dentro.

Fruncí el ceño molesta al ver como un hombre de cabellos rubios literalmente me metía al tren a empujones y bruscamente.
No respondió a mi reproche, optó simplemente a ponerse a la capucha y darme la espalda.

— Mal educado.

Susurré molesta una ves dentro.

Las puertas del vagón se cerraron impidiendo el paso de las demás personas que esperaban subir.

Serían 20 minutos de viaje así que decidí escuchar música poniendome los audífonos ya que está prohibido usar el altavoz dentro del tren.

— Señorita, debería guardar eso.

Un hombre de unos 50 años llamó mi atención.

— Descuide, estoy usando audífonos.

— No lo digo por eso. Estamos en una zona peligrosa y usualmente hay robos en la estación siguiente.

— ¡Oh!. No sé preocupe señor, conozco esta ciudad y los peligros a la perfección. De todos modos muchas gracias.

Hice reverencia para luego darle espalda.

Sabía perfectamente que esta zona era algo peligrosa, pero no era la primera ves que subía a un tren y pasaba por esta estación. Sabía cómo cuidarme a la perfección.

Regresé mi mirada a la pantalla del celular, llegó una notificación indicando que tenía un mensaje de voz de Jinny.

El tren se detuvo, el sonido grave de una campana sonó indicando que las puertas se abrirían y de un momento a otro mi celular fue arrebatado de mis manos con todo y audífonos.

— ¡Me robaron!

Grité sorprendida, empuje como pude a la gente y salí corriendo atrás de él.

— ¡Te dije que era una zona peligrosa!

Era la voz del señor cincuentón que me había advertido minutos antes, que tonta fui al no obedecer.

Los adultos siempre tienen la razón.

— ¡Oye tú, regresa con eso ahora mismo!

Pude reconocerlo perfectamente, era aquel sujeto que me hizo entrar al tren a empujones. Era el chico rubio.

La gente miraba sorprendida al ver la escena, pues en Corea no es normal correr detrás de alguien como una loca gritando barbaridad y media.

— ¡Regresa aquí ladrón!

Era inútil gritarle, hacía oídos sordos a mis palabras.

Obviamente era mucho más rápido que yo y conocía a la perfección está calles a excepción mía que me había bajado una estación antes.

Dobló por una esquina y se metió a un callejón logrando que lo perdiera de vista.

— ¡Idiota!

Grité con lágrimas en los ojos.

Robo el celular nuevo que saqué hace unos meses y lo peor de todo es que aún me faltaban 6 meses para terminar de pagarlo. Se robó todo mi esfuerzo y sacrificio, así de fácil, en un abrir y cerrar de ojos.

Y lo peor de todo, por un descuido mío.

Pisé fuerte aún con ira y caminé nuevamente a la estación, cabizbaja y con los brazos cruzados llamando la atención de cada persona que pasaba por mi lado.

Thief ⟩⟩ MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora