¡Los amigos lo hacen! ; ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

2O

Jeongguk miraba con atención, sus ojos rasgados, su cara con una forma levemente redondeada, sus mejillas eran lindas, mucho.

No podía pasar su presencia por desapercibida, seguía provocando que su corazón lata con una fuerza increíble y que sus mejillas se sonrojaran cada vez que tenían una mínima de roce. A cualquiera le sorprendería que el pelinegro esté así...

Como un idiota enamorado.

¿Cómo no se pudo dar cuenta antes de eso? No, jamás quiso aceptarlo, pero ahora estaba claro, más que claro.

Seguía gustando de Olivia...

...

Olivia y Gowon danzaban en la pista, con una coreografía que se notaba a primera vista que estaba bien ensayada. Jeongguk, junto a Lisa y Rosé, las miraban estupefactos.

Al terminar, Lisa aplaudió con fuerza, Rosé también lo hizo pero más suavemente y Jungkook no se movió, estaba apretando sus puños.

-Gracias, gracias -Olivia se sentó en el piso y tomó del agua que llevaba Lisa. Gowon se sentó a su lado y recargó su cabeza en el hombro de la pelinegra.

-¿Por qué haces esto, Hye? -jadeó cansada.

-Porque te adoro, Gowon -rió suavemente, siendo observada por el único chico que se encontraba allí.

¿Por qué Gowon y Olivia tenían tanta cercanía?

Algo dentro de Jeongguk sintió en su interior, su estómago revolver. ¿Celos, quizás?

-Deberíamos volver a casa, ya son las once de la noche -murmuró Gowon.

-¡AH! ¡NO HE ALIMENTADO A KOYA! -Rosé se levantó apresurada, tomando el brazo de Lisa y corriendo.

-¡Nos vemos mañana! -gritó Lisa hacia Hye y Gowon.

-¡Adiós! -se despidió Olivia, para luego mirar al pelinegro-. ¿Tú no irás con ellas, Kook?

-Ah... S-sí -agachó la mirada.

-Nos vemos mañana, Jeon -dijo ésta, entrelazando su brazo con el de la pelirubia antes de irse.

Las miró alejarse, no sin antes ver como ambas desaparecían entre la oscuridad de la noche.

Desde una pequeña intromisión de la luz, vio las sombras de lo que parecían ser Olivia y Gowon.

Jeongguk estaba allí.

Viendo como ambas se daban un beso bajo la luz de la luna y estrellas.

Jeongguk huyó, con las manos y dientes apretados, tratando de controlar sus sentimientos que estaban por la borda.