Capítulo 7

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Asi comenzo el presente
de ahora.

Sus manos estaban frias, ya habia sobrevivido lo suficiente durante años pero este invierno parecia más crudo que nunca, estar sin zapatos y con un vestido desgarrado que poco cubria su piel no ayudaba en nada ante su fragil vida, las fuerzas se fueron y solo cayo contra la nieve, el aire se hacía más pesado cada vez. Unas horas más y sabia que era su fin, pero sentía flotar entre el aire y un calor resguardarla, abrio sus ojos con lentitud hasta que miró a un hombre cargarla, se alteró pateandolo en la cara para caer sobre la nieve y estar lista para pelear, su muerte ahora más que nunca era segura, pero al menos moriría peleando.

- ¿que te pasa niña? eso me dolió - se quejo un hombre, el gorro que lo cubria cayo atrás y miró su rostro.

- ¿que quieres hacerme? ¿por que me estabas cargando? - aún mantenia sus puños enfrente.

- estabas congelada, te encontré y solo quice ayudarte - quizo acercarse pero solo recibió una patada en su pie - maldición..

- ¿que quieres de mi? - no confiaba en nadie, lo habia aprendido muy bien durante los años de supervivencia.

- solo quiero ayudarte y ya deja de golpearme - él hombre se cruzo de brazos - al menos dejame darte comida.

Sakura no sabia si confiar, pero tenia mucha ambre de todas maneras si era una trampa ella pelearia sin duda.

- ¿que me darás?.

- asi que si tienes hambre - sonrió triunfador - bueno hay un bar cerca y su comida es deliciosa, vamos ahi.

- mmm..estas bien.

El hombre quizo cargarla pero Sakura sólo lo volvió a golpear, manteniendo la distancia. Cuando llegaron aquel bar, Sakura devoraba toda la comida que podía, con la mirada de aquel hombre sobre ella.

- mi nombre es Yahiko y el tuyo pequeña.

- no tengo nombre - continuó con su labor de comer todo a su alcanse.

- ya veo..¿y dime estas sola? ¿no tienes a nadie? - Sakura solo negó - entiendo, ¿que te parece si vienes conmigo?.

Sakura se atragantó con la comida, le parecía de los más extraño que alguien le pidiera eso, mucho más si llevaban tres horas de conocerse.

- por que habria ir, de seguro me quieres vender como exclava pero ya te digo que se huir y si quieres matarme lo harás después que termine de comer.

Yahiko solo rio antes las palabras de Sakura, pero en el fondo él solo queria una compañera a su lado, alguien a quien cuidar y que ese alguien cuidare de él.

- no es nada de eso, solo que me canse de la soledad, pero vamos dime ¿cual es tú respuesta?.

- si me das siempre comida, puedo seguir a tú lado.

- entónces es un trato - sonrió y Sakura solo se sonrojo por esa sonrisa cálida.

Sakura ahora se miraba en el espejo, no podia creer que era ella, ese kimono elegante y una manta que la cubria del frio era mucho para ella, incluso ese peinado elegante, al fin podia mirar su rostro después de bañarse. Yahiko por el contrario estaba sorprendido, era una hermosa niña sin duda, la tomo de los hombros agachandose para estar a su altura.

- pense en un nombre para ti y se me ocurrio Sakura ¿que te parece? es igual a los cerezos, igual a tú cabello.

- Sakura, es lindo, si me gusta - bajo la mirada con cierto sonrojo por la compañia de Yahiko.

Desde ese momento comenzó su camino con él, lugares nuevos, pero sobre todo era feliz y los años hacian su efecto en su cuerpo a sus 14 años podia notarse sus curvas, sin embargo siempre se pregunto por que Yahiko nunca envejecia o se hacia más maduro en lo físico.

Entónces él un dia le dijo toda la verdad, él era un dios con poderes que los humanos no tenian y era su responsabilidad cuidar de ellos, pero él no queria seguir ese camino, queria ser libre fue entónces que lo expulsaron, exiliandolo de todo derecho de dios y era mejor, por que se sentia con un peso menos en su ser, pero eso no quitaba que podia cometer errores que lo llevarian a la muerte y uno de ellos era que ahora tenia a Sakura, sin saber que era de un clan extinto y que irían tras él.

- ¿y por que no envejeces? - preguntó Sakura a un lado de él, frente a la fotaga, en esa cueva oscura que por ahora era su refugio de la nieve.

- los dioses no podemos envejecer, llegamos a una edad limite y de ahi los años pasan sin afectar nuestro aspecto.

- entiendo..- estiró sus manos con sueño y un bostezo - ya es muy tarde, creo que debemos dormir.

- si, tienes razón.

Varias veces Sakura se quitaba el Kimono, dejando su cuerpo cubierto con un delgado vestido de seda blanca, era común, era lo de siempre pero esa noche Yahiko estaba incómodo, por que Sakura ya no era una niña sino una mujer en pleno desarrollo que ya dejaba ver un cuerpo seductor.

- Yahiko me ayudas, me enrede con el listón - pidió Sakua inocente de los pensamientos de mujer y hombre.

Él se acercó nerviso, rosando sus dedos con la piel suave de sus hombros, cuando término Sakura se dio vuelta rápido, estando sus rostro muy cerca. Su corazón pálpito con fuerza abrumadora y ella solo sonreia abrazandolo, apoyando su mejillas a su pecho.

- acuname en tus brazos, como cuando era pequeña mientras acariciabas mi cabello - pidió escuchando el latido desesperado del corazón de Yahiko.

- ya no eres una niña - la tomo de los hombros, separandola de él pero su vista viajo del inicio de sus senos, hasta su cuello y quedar fijos en sus labios rojos.

- ¿que pasa Yahiko? ¿por que me miras asi? - y ahora era ella quien estaba incómoda, más por ese nerviosismo en su estómago y las pulsaciones de su corazón.

- Sakura...

Yahiko se acercó uniendo sus labios con las de ella, un beso suave, gentil, sus manos acariciaron la espalda de ella hasta llegar a su nuca y apretarla más a él, en un beso profundo. Se separó rápido, eufórico de lo que habia hecho, Sakura era una niña y él un anciano a pesar de que no parecia lo era.

- yo..lo siento, olvida eso Sakura, no paso nada ¿si?, es mejor que ya duermas.

Pero su corazón latia con tanta fuerza, sus manos temblaban, sus dedos acariciaron sus labios que habian sido uno con la de él y queria más, más de ese sentimiento que causaba en ella, subio la mirada con las mejillas rojas, pero con la necesidad de que ese momento no acabará. Se lanzó sobre él, uniendo de nuevo sus labios con Yahiko, sus manos lo abrazaron del cuello mientras eñ solo estaba sorprendido pero esa llama jamás se apagaba de su ser, la abrazo de igual manera por su fina espalda, era tan delicada y pequeña, se separaron por la falta de aire, sin distanciarse, solo con centimetros para recuperar el aire.

- Yahiko...

- Sakura..yo..yo te amo - la volvió a besar en un beso más apasionado hasta recostarse sobre las mantas.

Esa noche ambos dieron un giró a sus vidas, un nuevo amor tan hermoso y profundo, pero solo era el inició del tormento a lo más doloroso.


Me unire a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora