Era un 18 de octubre cuando me dieron de alta en ese jodido hospital en el que me internaron meses por padecer un trastorno alimenticio.
Era un día bastante húmedo en la ciudad de Denver, el frío podía sentirse venir. El cielo se veía de un tono tan blanco/grisáceo al igual que mi cabello, y el viento se hacía presente, chiflando por la ventanilla del auto.
Estaba muy entretenida viendo aquellos detalles de los que se me había privado ver, al estar tanto tiempo dentro de una habitación fría y aburrida de hospital, que no caí en cuenta que mi madre estaba hablándome.
—… ¿Escuchaste Alexa?.—Me preguntó al no presentar ninguna respuesta por mi parte, a lo que sea que me había dicho.
—¿Qué?, No perdón, ¿Qué decías?.
—Que podrías ir a una terapia en grupo organizada por la doctora Wilson : tu nutricionista y psiquiatra del hospital. Al parecer tambien ayuda a jóvenes como tú.—Sacó una tarjeta del bolsillo de su abrigo y me la entregó—Aunque a decir verdad cariño, no estoy muy segura así que no te presionaré si no quieres… —Lo dijo de una manera casi convincente, pero si la conocía muy bien sabía que a fin y al cabo, terminaría por ejercer presión.—… Pero , ¿Y si en vez de ayudarte empeoras? ¿Y si la compañía de ellos te alienta a seguir haciéndote daño?. No aguantaría que recaigas por décima quinta vez.
—Ay mamá ya! No seas exagerada. Primero que todo: Solo fueron 2 veces, no 15. — No significaba que porque sea menor cantidad, deje de estar mal, sin embargo, quería aclararlo para no sentirme tan mal. — Segundo: No necesito la ayuda de nadie , yo puedo encargarme de mi misma perfectament…
—No Alexa , sabes más que nadie que no puedes—Me interrumpió en un tono cansado y desesperado antes que pudiese acabar con mi respuesta.— No puedes sola, lo has intentado y has fallado. Lo has intentado y te has hecho daño , pero no es algo de lo que debas avergonzarte. Todos nos equivocamos, tú te equivocas, pero para eso estoy yo. Quiero ayudarte a seguir adelante porque eres mi hija… —Se detuvo un momento para no romper en llanto de la rabia— … Y te voy a ayudar siempre, así que te pido que al menos, por favor, te lo pienses.
Me quedé en silencio el resto del viaje a casa, mientras pensaba en lo que acabada de pasar. Me sentía como la peor de las mierdas. Mamá solo quería ayudarme y yo me comporté como una estúpida, lo reconocía, pero aceptarlo en voz alta frente a ella sería complicado e incómodo , por lo que decidí remar la situación de una manera corta pero pacífica.
—No te aseguro nada ¿Vale?.— Le advertí antes de presenciar cualquier mínimo de entusiasmo maternal— Tal vez, solo tal vez, considere ir a la terapia ¿Okey? . Lo pensaré un poco más.—De inmediato, sus comisuras se elevaron como si hubiera dicho que “si”, cuando aclaré claramente que me lo pensaría. Sin embargo ahora , ya no me sentía tan mierda, porque prácticamente, su humor cambió por mi opinión de ir a la terapia (y ni siquiera era un “sí” definitivo, era un “lo pensaré”).
Al llegar a casa subí por la escaleras hasta llegar a mi habitación: mi ventana medio abierta , mis cajoneras ordenadas, mi cama perfecta y arreglada que me esperaba para abrazarme, y por sobre todo , el aroma a vainilla y esencias que perfumaba el aire. Claramente mi madre habría estado limpiando mi habitación cada día. Cosa que hasta cierto modo me desagradaba. Mi habitación era mi privacidad e intimidad, y que mi madre estuviera ahí, husmeando y ordenando mis cosas, me desorientaba, al modo de temer por lo que haya encontrado. Cómo toda adolescente, tenía mis secretos, desahogos escritos por cualquier lado, confesiones y demás. Una madre no es bienvenida en la alcoba de un adolescente, y debería de saberlo.
Terminando con mis paranoias y controlando que todo esté donde lo dejé, le eché un último vistazo a la tarjeta que me entregó mi madre en el auto. Una bonita frase sobresalía de ella junto a un número de consultas.
“Progresemos juntos como equipo con aquellos problemas que no podemos afrontar solos”.
Tal vez, después de todo, no sea malo recibir un poco de ayuda.
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Disorders
Teen FictionAlexa es una jóven de 17 años que padece un trastorno alimenticio (anorexia) que luego de ser internada en un hospital por su crítico estado físico, busca ayuda de su psiquiatra quien realiza terapias grupales. Allí encontrará jóvenes de su edad que...