UNCONCIOUS

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No puedes saberlo.
Morir.
Nacer.
¿Cuánto tiempo durarás?
¿Cuánto tiempo te queda?
Es impredecible.
Exceptuando...
Ciertas situaciones.
Entonces, está muy claro.

Miraste tus manos, temblorosas.
Aquella piel que una vez fue blanca, y que frecuentaba la oscuridad, los hematomas, los rasguños, o incluso, el mismísimo rojo carmesí que alguna vez se halló en el interior de un ser vivo.

Todos mueren por una razón.
La muerte nos asecha.
Pero, ya hay personas
que tienen su final escrito,
con hora y causa.

¿Hay que aceptarlo?
Qué despiadado.

Capítulo I: «Susurros»

Rin.
Un nombre.
Un monosílabo.
Tres letras.
Hasta los niños pequeños
podían decirlo.
Entonces...
¿Por qué nunca acertaba
con la pronunciación?
Este imbécil.

Rin: Kamui-sensei, e--

Gakupo: Por supuesto, Ia, faltaría menos. Con todo esta epidemia como para decir que no. — Unas risillas se escucharon pupitres atrás, aunque nadie les dirigió la atención. — Y bueno, Lin, chica, me has sacado otro redondo 10, como no. ¿Por qué como recompensa no vas y le llevas estos papeles a la señorita Kagamine? — Entrecerraste los ojos a desgana, tomando aquel tocho de folios. — A todos los críos os gustan estas cosas, ¿no?

Críos. Odiabas esa palabra. No eras ninguna cría, te repelía ser tratada de la misma forma que a esa gente a tu alrededor. Era un insulto, casi. ¿Quién se creía este para hacer tal afirmación? Para ti salir de la clase, era eso, perder clase, tiempo, y explicaciones.
Patético.

Rin: Claro, Kamui-sensei. — Respondió con el mismo ánimo de siempre, dando pasos largos como siempre, mirando de reojo a aquella última fila en donde una pareja se susurraba al oído, comentarios que provocaban sus propias risas. Quizá también era normal. Puede que eso de que cruzaran ambos miradas, ya no fuera tan normal. La sonrisa por su parte desapareció, durante un pequeño instante, fueron segundos, algo eternos, pero que se desvanecieron al mirar al frente y cerrar la puerta.

No era normal, pero tampoco debía suceder de nuevo.
Tenía que ser más cuidadosa.
Nada de eso saldría bien.
Siempre lo supiste, y aunque fue demasiado tarde como para salir ilesa, fue lo suficiente como para ser "fácil"
Todo es fácil si uno quiere...
¿verdad?

Lily: ¿Estás segura de que todo va bien? ¿En la escuela? ¿En casa?

Rin: Le he dicho que todo está perfectamente. Deje de insistir. — Trató de salir, lo cual el agarre delicado de la mayor impidió.

Lily: Rinne, sabes que odio estás formalidades. Soy la psicóloga del centro, pero también soy tu tía, ¿sabes? Puedes contarme lo que sea, no te voy a juzgar, nada va a salir de a--

Rin: Buenas tardes, señorita Kagamine. — Se zafó a las malas, volteandose de mala gana hacía la salida y cruzando por ella.

Lily: ¡Rinne!

Que manía. Prefería Rin.
Solo Rin. O Kagamine.
Soy Rin. Soy Kagamine Rin.
No cambia. No cambia.

El sonido de las llaves al chocar contra el mueble no llega a resonar por el ruido del televisor en la sala de estar. ¿Visita? Probablemente solo se trataba de ella.

MIND - Vocaloid FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora