MIND - Vocaloid Fanfic

CONCIOUS

Capítulo I: «Dependiente»

Que frustrante...
Al final, volví a caer en eso.
Qué impotente...

Gumi: ¡RUBIA DE POTE, ATIÉNDEME! — Un golpe unido a la ruidosa y pitosa voz de la chica te hicieron volver a tierra. Levantaste la cabeza, sobándola con el ceño fruncido. Allí, la peli-verde que tenías como amiga de toda la vida, vestida con un jersey verde y unos shorts vaqueros, botas marrones y unas gafas sobre el cabello, ¡ah, y no hay que olvidar la mascarilla colgando de su cuello, y la mala hostia que traían sus facciones! Y ya que estamos lo frágil y secorro que llevaba aquel corto y ondulado cabello, o los cuchillos que llevaba sujetos a la riñonera.

Rin: Auu, ¿qué la pasa, mujer? — Entrecerrando los ojos, se inclinó para ponerse a tu altura.

Gumi: Pues que me tienes hasta el coño.

Rin: Joder, que discreción. — Pronunciaste llevando tus ojos a otro lado, donde estaban ellos. Claramente, volviste a no hacer caso más allá de como cierto rubito trataba de ayudar a una peli-turquesa en su tarea.

«Solo tienes que transportar futones, mi niña, cuanta minusvalidez puede tener una persona, de verdad, lo que hay que soportar»

Seh, estabas pensando, molesta por la escenita y ni puto caso le hacíais a tu amiga, y al final, se quedo con las ganas de explicarte nada, puesto que tus impulsos fueron más fuertes y no te tardaste en levantar para caminar hacia el dúo.

Rin: ¡Miku! Yo te ayudaré. Me parece que cierto CHICO tiene cosas más relevantes que hacer que llevar futones, ¿verdad? — Agarraste los que llevaba él, sonriéndole muy falsamente.

Len: ¡A-Agh! ¡Ya te dije que sentía el comentario! ¡Por supuesto que lo vuestro es importante! ¡Sin ropas, futones y agua limpia todo sería un caos! ¡Incluso el afilar las armas es muy relevante! — Enojada, dejé sobre la manta que llevaba la chica los futones para girarme hacia él.

Rin: ¡Pero si lo sigues sin entender, idiota! ¡Una chica puede usar un arma, puede defender al resto o a sí misma! ¡Podemos hacer muchas cosas independientemente! ¡No necesitamos tu ayuda o la de ningún chico!

Len: Y-Yo tampoco... ¡Tampoco he dicho eso! Solo estaba tratando de ayudar, me he expresado mal y tú lo has interpretado peor — Sonreíste de lado.

Rin: Hah, claro. Solo has dicho lo que piensas, lo acepto, tranquilo. ¿¡Pero que te hago si es una mentalidad de mierda, chiquillo!?

Len: ¡Joder, Rin, deja de revolverlo todo! ¡Me ofrecí a ayudarte igual que he hecho ahora con Miku y ella no se ha puesto así! ¡El problema aquí es tuyo, por si no te has dado cuenta!

«¿Me ha comparado? ¡Me ha comparado!»
«Será hijo de puta»

Rin: ¿¡Disculpa!? ¡El único problema que tengo es contigo! ¡Te crees superior por tener micropene, chaval! ¡Pues no, las tetas se pueden valer por si SOLAS! — Escupiste a un lado y siguió andando hasta el exterior del almacén, dejando con la palabra al rubio y encontrándose a un pelo-púrpura sentado sobre el muro que separaba aquel lugar del estrecho caminito entre el barranco y hacia el sitio en donde el varón tenía clavada la mirada. Sin necesidad de cuerdas, trepaste hasta situarte a un lado de él. No mencionaste nada hasta pasado un rato de mirar al horizonte, sumergida en tu mente. — Debiste ir con ella. — Ladeó la cabeza hacia ti, con una pequeña sonrisa, mientras tú solo podías mirar a tus piernas, balanceándose en el aire. — Te digo lo mismo que al banano ese. Sé cuidarme sola. Puede que haya cometido... algún error. — Claro que los habías cometido, todo esto era tu culpa, tu inconsciencia y tu pasotismo llegaron a dar los más putrefactos frutos que pudiste haber creado — Pero ya soy más consciente de todo, no... No volverá a-