segunda temporada de Los Siete Pecados Capitales.
tras la suprema deidad llevarse a sus hijos: Shirou, Kazemaru, Tachimukai y Atsuya.
-Madre, deje a Shirou descansar, está que no puede más, lo va a matar- hablo un pequeño Omega castaño claro mirando...
En un lugar algo lejano de la tierra, se encontraba la suprema deidad, mirando a sus hijos los cuales ahora mismo tenían una marca en sus cuellos, con un hechizo las hizo no visibles a la vista de todo el mundo y borro los recuerdos de ellos. Los miraba con algo de desepción, tomo a su hijo mayor por el cabello mirándolo
-Debes hacerte fuerte Shirou, será mi sucesor- aquel Omega algo confundido asintió
-Madre, que paso, solo recuerdo cuando nos separaron de usted a los nueve, de hay, no se qué mas- hablo el castaño tocando su cabeza con una migraña insoportable
-Mis niños, en la tierra hicieron horribles experimentos con ustedes, los humanos y los demonios querian aprovecharse de ustedes- hablo aquella mujer mirando a sus hijos con una sonrisa al saber que todo se había superado
-Madre, ¿Donde esta Ludociel-san?- Hablo el peli rosa preocupado por el beta que era su amigo de infancia y ahora futuro esposo
-Ludociel y los otros no tardarán en llegar, además, como Shirou será la futura suprema deidad, y son cuatro arcángeles vendrá un chico, un Omega que hará parte, fue entrenado por mí desde que era un bebé, tiene su edad y está listo para seguir entrenando junto a Tachi, Kaze y Atsuya- hablo sintiendo cinco presencias poderosas llegar a aquel lugar, el primero en llegar fue aquel arcángel Ludociel buscando a su ahora prometido, al verlo, su sonrisa fue grande. El Omega no tardó en levantarse y abrazarlo, mientras los otros cuatro llegaban y los otros tres omegas se levantaban a abrazar a los otros arcángeles, mientras un Omega de rebeldes cabellos grises, con un rayo en su ojo los cuales eran de un tono rosado brillabtes y un bello cuerpo se acercaba dándole una reverencia por respeto a la suprema deidad y a la futura suprema deidad
-Madre, es el del que hablabas- hablo el Omega de cabellos plata mirando al chico con una tierna sonrisa
-Presentate Hiroto- el Omega con una sonrisa algo arrogante asintió poniéndose en frente de la deidad
-Mucho gusto, soy Hiroto Kira, tengo 18 años y seré uno de los cuatro arcangeles- hablo con arrogancia mirando a los cuatro arcángeles de ahora -Sere parte de la élite de aquí- su mirada se tornó siendo una decisiva mientras que la deidad sonreía y los cuatro arcángeles se mantenían abrazados a los omegas que acababan de llegar, tras aquello llegó un ángel bastante apuesto, era un Beta el cual le informo algo a la suprema deidad y se fue
-Muy bien, parece que todo está listo para su bienvenida, solo falta que ustedes se cambien por una ropa mas adecuada, Hiroto, acompañarlos a que se cambien- el Omega asintió y les hizo señas a los otros para salir así los cinco volando de aquel lugar. Los cuatro recién llegados miraban todo con sumo detalle recordando todo absolutamente todo. Al llegar al palacio el chico les mostró sus habitaciones y cuáles eran los vestidos que usarían, ellos estaban encantados por aquellos, simplemente eran hermosos
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Kazemaru
Shirou
Tachimukai
Atsuya
Hiroto
Tras un rato de estar cambiándose y peinándose además de que algunas angeles les trajeron algo de maquillaje, bajaron al gran salón donde había mucha gente, al ver a los cuatro recién llegados aplaudieron a lo que los omegas no pudieron evitar sonrojarse.
Así paso aquella noche, entre risas, bailes y conociendo al nuevo integrante del grupo.
Esa será su nueva vida desde ahora... ¿Que pasará cuando ciertos recuerdos aparezcan y llenen sus mentes de odio hacia su progenitora? ¿Podrá ella detener a su hijo y discípulo a no volver con su destinado? ¿Que harán los alfas?.
