†Capitulo 2†

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Narradora omnisciente

El Omega peli naranja seguía a sus compañeros entre risas y empujones, hasta mirar a un par de betas que parecían ir a la salida de aquel lugar, se despidió de sus amigos y comenzó a seguirlo ocultando su aroma a fresas, al llegar a la entrada podía ver a un alfa Moreno con un aroma bastante atrayente, podía escuchar lo que decían, así que hizo silencio

-Entonces Someoka, que me tienes de esos omegas- hablo con una voz bastante gruesa, estaba serio pero su sonrisa arrogante no se dejaba

-Señor Destra, ambos salen con dos de los grandes arcángeles, Mael y Tarmiel- respondió con algo de temor, se le notaba en sus palabras entrecortadas. En eso aquel alfa uso la Voz haciendo que el Omega temblar y Tapara su boca evitando un chillido

-Ustedes dos harán que se separen, mi rey lo pide, además de que el príncipe Goenji está interesado en la futura suprema deidas. Ya vallance- a lo que ellos se fueron aquel alfa sonrió malvado y desapareció, con aquello el Omega se relajo hasta sentir que alguien le tomaba el cabello y lo alzaba dejando salir su aroma asustando y atrayendo al Omega el cual soltó sus feromonas de miedo -Precioso, que haces aqui-

-Nada que le importe- hablo tomando la mano del alfa que estaba atrás suyo, aquello causó que su Omega interior ronroneara y se sintiera a gusto con aquel alfa -¿Quien eres?- hablo mirando a los ojos del alfa perdiendo se en ellos

-Soy Destra lindura, uno de los condes del purgatorio, tu quien eres lindura- ambos se estaban dejando llevar por los instintos los cuales poco a poco se acercaban

-Soy... Sael... Futuro duque del palacio celestial- tras aquello ambos se fundieron en un beso fogozo, el Omega pasaba sus manos por el cuello del más alto y el contrario pasar sus manos por la cintura de el. Al separarse se miraron a los ojos el Omega tenía un sonrojo grande en su rostro separando se y alejándose volando con su Omega pidiendo el no irse de los brazos de su alfa. Ve que el destino era un maldito, tanto tiempo esperando su destinado y termino siendo uno de los altos mandos del purgatorio, su hermano no estaría feliz, por ninguna de las cosas que le diría, pero que podía hacer, no podía ocultarle nada a su hermano, y menos cuando su celo se había adelantado. Al llegar a su casa entro en ella estando su hermano ahí, callo al suelo gimiendo y jadeando pidiendo por su alfa, su hermano llegó cargandolo y llevándolo a su habitación

-Sariel nii~ encontré a mi~ alfa destinado~- hablo entre jadeos y gemidos

-Eso me alegra, quién es el afortunado de tener a mi hermanito cómo pareja- estaba emocionado por conocer a su futuro cuñado

-Destra, conde del purgatorio- su hermano se levantó enfadado caminando de un lado a otro

-No aceptaré esto, si madre y padre estuvieran vivos tampoco lo aceparian- hablo bastante enojado, su mirada tranquila y juguetona era cambiada por una de claro enojo

-Escuchame~ hay algo más que debo decirte- se hermano se quedó quieto mirando a su hermano

-No me digas que te acostaste con el- el menor negó aún jadeando mirando a su hermano

-Los hijos de... Nerobasta, tengan... Cuidado con ellos, buscan a... Shirou y Kaze, el rey demoníaco y el príncipe Goenji los quieren- hablo como pudo sin evitar soltar gemidos en el recorrido

-Mael y Tarmiel corren peligro- el Omega asintió para luego su hermano besar su frente y salir dejándolo a él con los supresores a su lado.

Sariel llego donde estaban sus amigos mirándolos, y mirando a los dos que corrían peligro

-Mael, Tarmiel, Shirou y Kazemaru corren peligro- los tres arcángeles ahí presentes de levantaron mirando a su amigo

-Que quieres decir- hablo el albino mirando a su amigo el cual trataba de recuperar el aire

-Sael me acaba de contar dos cosas, ninguna de las dos me gusto- hablo para que sus amigos lo escucharán -La primera no lo diré, la segunda es que los hijos de Nerobasta están traicionando a los angeles y a la suprema deidad-

-Explicate Sariel- Hablo el Omega de cabellos grises, el siempre se mantenía con los cuatro arcángeles

-El rey demonio y el príncipe quieren a Shirou y Kazemaru- el Omega dejo salir un jadeo de asombro con ello sus fermonas, estaba asombrado por aquello

-Shirou y Kaze corren peligro- el Omega se levantó y abrió sus alas para ir a buscar a sus amigos, pero alguien lo tomo de la mano, ese era Ludociel -Que pasa-

-Hay que calmar nos, si queremos proteger a Shirou y Kazemaru, debemos ir con la suprema deidad, los hijos de Nerobasta no se pueden quedar asi como asi- tras eso todos fueron donde la suprema deidad.

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En otro sitio estaba un Omega de cabellos castaños amarrados una parte y otra suelta dejando ver sus rizos, sus hermanos llegaron buscando a sus hijas las cuales ahora eran dos niñas de cinco años cada una

-Que paso Endo- el alfa soltó un suspiro

-Kazemaru y Fubuki están emparejados con dos de los cuatro arcangeles- hablo mirando a su hermano y segundo príncipe del inframundo

-Shirou será la futura suprema deidad, y si no lo hacemos reaccionar pronto se armara una guerra como la de hace años tuvo nuestro padre- hablo agachándose a la altura de su hija para darle una sonrisa

-Que haran- miro a sus hermanos

-Traere a Kazemaru de vuelta, lo haré como que soy el rey demonio- tras aquello una sonrisa demás de aquella marca que demostraba el poder demoníaco haciéndose presente

-Te ayudaré Endo, como que soy el primer principe del inframundo- hablo esta vez el alfa de cabellos crema también mostrando aquel poder mientras que el Omega castaño asintió dejando salir su marca también

-Entonces adelante-...

Hasta aquí el capítulo, lamento tardar tanto, pero estoy algo fastidiada con el hecho de la cuarentena, no se me hace difícil quedarme en casa, eso lo hago desde que nací, si no el hecho de estar discutiendo con mi familia

Yo Te Esperare/ Temporada Dos De Los Siete Pecados CapitalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora