"Despedida".

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Despedida.

Observo la luna, admiro su resplandor platinado y volteó hacia las aguas que se agitan y chocan de forma violenta contra las rocas sobre las que mis pies están plantados, he perdido la cuenta de cuantas noches he venido aquí, con la vaga esperanza de encontrarte sentada sobre la arena húmeda mientras las olas acarician delicadamente tu pies, cantando la melodía con la que me arrullabas cada vez que no podía conciliar el sueño. Me aferro a la botellita de cristal que sujetan mis manos, mis piernas tiemblan y mi pecho sube y baja de forma dolorosa a causa de mi respiración presurosa, lo he decidido, hoy será la última vez, esta noche el mar, la luna y las estrellas serán los testigos de mi dolor contenido. Alzo la vista por última vez, respiro profundamente y, cuando me doy cuenta, la pequeña botella ya se la han tragado las furiosas olas. Una a una todas las palabras escritas en el papel vuelven a mi mente, cada una perfora mi corazón como una helada daga:

"Soy un cobarde, un inútil y un patán, preferí huir antes que luchar por lo que en realidad valía la pena, hoy, a la luz de una vela a medio consumir, mis lágrimas se derraman sobre el papel, haciendo correr la tinta de forma dolorosa, ahora entiendo lo que sentiste, cuando yo, por mi naturaleza orgullosa, salí a buscar una pasión pasajera, ahora por fin comprendo tu preocupación, tu tristeza, tu decepción. Fui un cobarde, que por haber tenido miedo al amor preferí abandonarte, fui un patán, por haber despreciado tu dolor y tristeza, por cargarte con la culpa, cuando el único culpable he sido yo. Ahora me doy cuenta de lo que perdí. Te extraño, extraño todo de ti, tus ojos café aterciopelados, tu mirada llena de inocencia y ternura, tus manos frágiles y llenas de gracia, tu sonrisa sincera y benevolente, tu risa infantil y pura, tu cabello tan suave como la seda, tu corazón lleno de buenas intenciones, tu mente inocente, tu actitud tímida. Recuerdo los días que pasamos juntos y me debato entre sonreír o llorar con amargura, recuerdo con alegría que, al menos por un momento, me sentí dueño de tu corazón, río al pensar que, sin importar las tonterías que cometía siempre terminabas perdonandome, lloro al recordar el momento en el que tus ojos brillaron por alguien más, con el mismo brillo que alguna vez, fue por mi causa.
Soy el peor ser viviente, desprecié tus sentimientos, ignore tu tristeza cuando te diste cuenta de que me alejaba, me burle de tu preocupación cuando malhumorado yo estaba, ignore que tu también te sentías sola, abandonada, que también me extrañabas. En algún punto del camino me convencí de que ya no te amaba, que equivocado estaba, fui un tonto, te tuve entre mis brazos y te solté sin ninguna consideración. Ahora me doy cuenta...... Tu eres mi todo, eres la causa de mi tristeza, pero también de mi felicidad, eres quien me quita el aliento, y quien me lo regresa, eres mi luz y mi oscuridad, mi fortaleza y mi debilidad, mi salvación y perdición, mi razón para seguir vivo, y mi razón para morir, eres la que le da sentido a mi vida, sin ti no soy nada....... En el amor no bastan sólo palabras, se necesitan sentires y saberes, el amor es cosa de dos, el amor se trabaja, se cuida y se cultiva, el amor es lo más hermoso que tiene el ser humano......Esto me lo enseñaste tu, fuiste tu quien me enseño a amar, a que, a veces, no es tan malo depender de alguien, que aún si te sientes solo hay gente que espera con todas sus fuerzas verte sonreír, todo eso y más me lo has enseñado tu, únicamente tu.
No puedo entender como fuiste capaz de perdonarme, te mentí, hice que te enamoraras de alguien que jamás existió, te ignore, te abandone e incluso te fui infiel, todo eso tu lo soportabas en silencio, escondiendo tu dolor tras tu sonrisa, supongo que con la esperanza de que todo volviera a ser como la primera vez, engañandote a ti misma, incluso después de romper me pediste que fuéramos amigos, acepte de mala gana, pero tu...... Fuiste tan normal como cuando nos conocimos, tan amable, tan natural, tan tu. No te dabas cuenta, pero yo siempre te observaba, cuando nadie prestaba atención mis ojos buscaban tu rostro, anhelaban tu sonrisa, que, aún que fuera por una tontería, te rieras por mi causa. Intente huir de la realidad, me mentí a mi mismo diciendo que amaba a alguien más, pero la verdad me alcanzó, y, cuando vi que reíste con el, me cayó el peso de la verdad; te había perdido, esta vez te había perdido de forma definitiva. No te imaginas el dolor que sentí en ese momento, fue como si alguien hubiera enterrado con furia un puñal en mi pecho, incluso me atrevo a decir que fue peor, casi todas las noches lloro por tu ausencia, esperando que mis sollozos desesperados me despierten de la pesadilla y, que al abrir los ojos, te encuentres a mi lado, durmiendo plácidamente envuelta en tus sueños.
Si hubiera una palabra perfecta para definirte, esa sería "ángel", por que eso eres, mi ángel guardián, un ángel que, por su inocencia y amabilidad, cayó, sin saberlo, en las garras de este demonio.
He escrito miles de cartas, pero ninguna reflejaba el dolor que cargo como esta.
Espero poder continuar, aunque sinceramente no lo crea posible, sin ti a mi lado nada vale la pena, todo es oscuro y triste, nada tiene color, sin ti, odio mi vida.
Esta será la última carta que escribiré sobre ti, no por que ya no te ame, sino por que mi dolor no me dejara vivir de ahora en adelante. Adiós, y recuerda, que siempre, siempre, para toda la vida, te amare, esta vez con toda certeza lo digo. Te amo, Renata.

Alex."

El dolor es insoportable, las lágrimas se asoman desesperadas por las cornisas de mis ojos, arrugo mis ropas y muerdo mi labio inferior. Ya no queda nada, lo he echo, ahora, lo único que puedo hacer es rezar al cielo para que el mar se tragué todas mis penas como hizo con esa botella, pero se que es imposible, la cruz con la que cargó hoy me seguirá para siempre, incluso después de la muerte. Suspiro y, derrotado, camino de vuelta a casa.

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