Parte 2

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Hola.



Esta historia tendrá tres partes, porque la autora tenia asuntos con resolver con cierta trama...Ya sabrán.

Descargo de responsabilidad: Los personajes ni el mundo me pertenece. No lucro ni planeo hacerlo.

***

—Que divertido—Garfield sonrió y Raven hizo una mueca.

Los demonios sonrieron al ver que había perdido y los ángeles apartaron la mirada, alejándose del dolor.

—¿Por qué estás conmigo?

La frase salió dura y fría, como si le estuviera preguntando a un criminal porque se decidió por esa vida. Estaba cansada y enojada, harta de pasar en la incertidumbre de que voz tanto la quería y no cumplir con sus expectativas, de estarse preguntando qué sería de Garfield si Terra no hubiera muerto, y deseaba sacarlo de sus venas.

Veía claramente el desinterés, estaba tatuado en su alma y él no se daba cuenta.

Si le daba una razón para quedarse...

Garfield levantó la vista—¿Disculpa?

Es ahora o nunca.

—Tal vez deberías liberarme—Se apoyó en la encimera. Sus manos se clavaron en la suave tela de la ropa, como un ancla; no había esperado que su corazón se estrujará, no dejaba de gritar golpeando las paredes para que se detuviera, pero su mente le recordaba que era la chica que sobrevivió al infierno. Su fuerza—. ¿Por qué estás conmigo? —Repitió.

De pronto está cansada de construir muros alrededor de la relación para verlos caer una y otra vez. Ya no quiere murmurar que están bien a los demás cuando se ignoraban mutuamente, de tener discusiones ruidosas solo para que terminará volviendo, ofreciendo flores y abrazos, como si eso fuera suficiente para convencerla, había desperdiciado noches enteras tratando de encajar sus diferencias, observando al cielo y susurrando a sus dioses para terminar con todo esto.

Le habían enseñado en historias que el amor debía doler, sino no valdría la pena al final. Lo conoces, te enamoras, sufres hasta que obtienes tu final feliz, costo y premio.

A la mierda este amor.

Si está jugando, simplemente que se lo dijera.

Él le envió una mirada dolorosa, dejó su celular a un lado— Rae...

No, no harían esto de nuevo.

Retrocedió.

Garfield se puso de pie alisando su pijama y por primera vez en meses lo vio adoptar una expresión de seriedad. Caminó lentamente, como pisando agujas y extendió sus manos tratando de juntarlas, pero se apartó negando con la cabeza de forma reiterada.

—Te quiero. Rae, por favor—Una de sus manos acarició su mejilla. Le pasó el cabello corto detrás de la oreja—. Te quiero solo a ti. Nadie más.

Retrocedió alejando sus manos, y murmuro: —Sabes que no es cierto.

No se percató de lo mucho que dolía hasta que las palabras salieron de su boca. Se volvieron una maldición, una verdad que volvía polvo los corazones, pero para Raven no es una sensación inusual, más como escuchar las últimas palabras de un condenado.

Ella se cruzó de brazos ignorando su rostro— Los dos sabemos que esto iba a acabar así.

Garfield negó con la cabeza y juntó sus frentes, ya no pudo luchar contra esto. Veía su aura tejiéndose de azul profundo, un tono que no veía a menudo, pero no era igual que cuando cierta persona murió en sus brazos, no es esa tristeza.

¿No es lo peor que has escuchado? (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora