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Por más que quisiera huir, no podía, la única ventana en el baño estaba protegida por unos barrotes de metal

Resignada comencé a bañarme, pasarme un jabón por todo el cuerpo, talle con fuerza, hacia días que no recibía un baño

Después de haber terminado, me acerque a la puerta, la abrí y saque mi cabeza, Christopher estaba frente a la puerta

—No tengo con que secarme —Dije

—Abajo del lavabo hay toallas, toma una —Dijo, hice lo que me ordeno, después abrí la puerta y él me tomo de la mano, comenzó a guiarme por otro pasillo hasta llegar a la que supuse era su habitación —Sientate en la cama —Dijo y yo asentí, se arrodilló ante mi y su mirada estaba directo en los ojos

—¿Que haces? —Dije confundida, él solo ignoró mi comentario y metió su mano bajo la cama para sacar una caja, ahí tenía unas bragas blancas con dibujos de luna, un vestido morado holgado, unos calcetines blancos, una cadenita de oro con un dije de estrella, un perfume y un listón

—Con esto vestiras —Dijo, yo asentí, pero no quería desnudarme frente a él, mi mirada se comenzó a pasear por la habitación, era grande, bonita, ordenada y sencilla, mire la pequeña mesa de noche, una fotografía

La miré detalladamente, era él, abrazado a una chica muy parecida a mi, sin problemas, podíamos ser hermanas, del parecido, ella debía ser Isabella
Cuando estaba por tomar la fotografía

—No la toques —Dijo fuerte y yo me asusté —No toques nada, solo cámbiate y listo

—No puedo si me miras —Dije, él rodó los ojos, se acercó a mí y tomó las bragas, se hincó ante mi y las metió hasta mis tobillos, cerró los ojos y comenzó a subirlas por mis piernas, hasta llegar a mis caderas, después de subirlas, abrió los ojos, tomo el vestido morado y lo metió por mi cabeza, sobre la toalla me lo coloco y después simplemente deje caer la toalla, está Christopher la tomo y me seco los pies, me coloco las medias, al igual que la cadenita, tomo un cepillo de cabello que estaba sobre la mesita de noche y comenzó a desenredar mi cabello, delicadamente, sentía sus manos acariciarme el cuello al cepillar, después tomo una banda elástica que también estaba en la caja y ató mi cabello, después tomo el listón y lo amarró a mi cabello, por último, tomo el perfume y me hecho sobre el cuello y vestido

—Estas lista —Dijo sonriente —Espera, falta algo —Dijo antes de mirar a la caja y de entre estos, sacar un bálsamo labial con olor a cereza y con un leve color rojizo dejaba —Ahora si, estás lista —Dijo después de colocar el bálsamo en mis labios, me tomo de la mano y comenzó a guiarme a la habitación donde me tenía, bajamos las escaleras, hasta llegar a la habitación en dónde me tenía encerrada

—¿Por qué tenías todo esto? —Dije curiosa

—Esto estaba aquí por qué de vez en cuando te quedabas aquí a dormir —Dijo mientras me sonreía, parecía feliz

—Por cierto, feliz cumpleaños —Dije y él sonrió aún más, se acercó a mí y me abrazó, parecía un niño pequeño

[>>>]

—Traje el pastel —Dijo mientras entraba con dos rebanadas de pastel, me dió una y se sentó en la cama conmigo

—Se ve rico —Dije, él asíntio y comenzó a comerlo, era un pastel de chocolate con relleno de fresas, de betún color rojo —¿Cuántos años cumples? —Le pregunté

—23 —Dijo mientras comíamos, Christopher encendió la radio y la música comenzó a sonar en la habitación, después de comer el pastel, Christopher dejó los platos en el suelo —Bueno, es hora de recibir un regalo —Dijo él con una sonrisa, yo lo mire confundida

—Pero yo no tengo regalos —Dije asustada

—No siempre debe ser algo material —Dijo mientras se acercaba a mí y me daba un beso en los labios, pero cuando creí que eso sería todo, sus besos comenzaron a descender por mi cuello

—No, no Christopher, por favor —Dije suplicante, pero Christopher pareció no entender, comenzó a besarme el cuello y sus manos acariciaban mi cintura, rápidamente cerré mis piernas con fuerza —No Christopher, no lo hagas —Dije suplicando, Christopher pareció ignorame, sus manos se dirigieron a mis piernas, tratando de separarlas, pero yo ponía fuerza, las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos

—Eres un manjar —Dijo mientras me miraba, sus manos se dirigieron a sus pantalones y los desabrochó, el miedo me paralizaba

—¡No! ¡Por favor no! ¡No lo hagas! —Comence a gritar, pero él hizo caso omiso, coloco una de sus manos en mi boca y mi tortura comenzó.

Atrapada||C.V. Y TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora