A mi mejor amigo de la infancia.
No podía creerlo, llegue a pensar que nunca lo volvería a ver y lo empecé a creer hasta tal punto de que me hacía la idea de que nuestra amistad, nuestra linda amistad había terminado al nunca volverlo a ver pero ahí esta, enfrente de mí.
—¿Adrien? —trate de sonar que no me importaba pero no pude, mi voz se notaba nostálgica y triste.
—¿Me conoces?
—Soy yo, Marinette Dupain Cheng
—¿Mari? —me abrazo tomándome desprevenida, el abrazo era fuerte y confortante, en el fondo me sentí feliz pero no quiero sentir felicidad de esta manera, quiero sentir aquella felicidad cuando veo a las personas sufrir, no este tipo de felicidad.
Puse mi manos en su pecho y valla, su cuerpo si que ha cambiado y para bien, ahora esta fornido. Quite esa idea de mi cabeza y lo aleje de mí, él me miro confuso.
—¡Puaf! ¡puaj! Odio ese tipo de afecto.
—¿Pero que te pasa Mari? —se escuchaba desconcertado y no lo culpo, durante el tiempo que no estuvo aquí he cambiado mucho. Me acerque hacía él y lo tomé del mentón, acercándolo hacía mi rostro y lo mire con una cara coqueta.
—Me pasa que he cambiado y si no te gusta mi forma de ser pues te puedes ir directo a la mismísima mierda —sonreí cínicamente y me fui de ahí, apagué el cigarro y lo tire en el suelo.
De seguro deje a Adrien atónito pero que más da, ya le deje en claro que me valía si a él no le gusta esta actitud y personalidad que tengo ahorita. Al llegar a mi salón de mi siguiente clase, entré de los más normal aunque iba con veinte minutos tarde pero a mi me vale, yo siempre he llegado tarde a todas mis clases y esa es una de las tantas razones de las que me meto en problemas.
—¿Qué son estas horas de llegar senorita Marinette? —habló la profesora al darse cuenta que hasta apenas había entrado, la ignoré y me senté en mi lugar.
—¿¡Acaso no va a contestarme!? —aumento el tono de su voz, escuchándose enojada.
—¿Usted que cree? —dije con obviedad.
—Que falta de respeto. —hablo bajando su tono, todos los de salón me miraban, era el centro de atención y eso me gustaba.
—¿Respeto? No conozco esa palabra en mi diccionario.
—Pues el director te la va a enseñar en el salón de castigo porque...Estas castigada.
—El director ya me dijo que estaría ahí después de clase —afirme con satisfacción
En eso Adrien entra por la puerta, convirtiéndose en el centro de atención y varias chicas murmuraba, adelante de mí estaban dos chicas que se decían en susurros: ¡Ay pero que sexy es ese chico! ¿Quién será? Yo solo puse una cara de fastidia al escuchar lo que decían.
—Maestra ¿Puede venir conmigo por unos momentos? —dijo Adrien un poco tímido, la maestra solo asintió y se fueron.
Todas las chicas susurraban, apuesto que es sobre Adrien. A mi no me importaba ni lo más mínimo pero aun que sea mi mejor amigo de la infancia, es un chico y es sexy, por lo tanto, haré que caiga bajo mis encantos.
A los minutos después apareció Adrien con la maestra, él solo se quedo parado en frente de todos y la maestra aclaro su garganta para empezar a hablar.
—Bueno alumnos, él —señalo a Adrien —es Adrien y desde hoy será su nuevo compañero, te puedes sentar con Marinette —me señalo, estaba en la ultimo asiento de la última fila. ¡Rayos! A mi me gusta sentarme aquí porque soy la única y esta alejado de los demás. Adrien empezó a acercarse a mi lugar para posteriormente dejar su mochila alado de él—en el piso—y sentarse.
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Bad Reputation || Adrinette
Любовные романыElla es problemática. El es encantador. Ella es prepotente. El es amable. Ella es una persona libidinosa. El es carismático. Ella es antipática. El tiene un gran corazón. Ambos son la típica historia de los polos opuestos: el malo y la buena...