Bad Reputation || Adrinette

Capítulo tres

Ver a sus padres morir tras ser atropellados por un trailer. 

Eso es tan cruel, en muchas ocasiones me he preguntado ¿Por qué me tuvo que pasar esto? ¿Por qué a mí? Yo solo era una niña con muchos sueños y en cada uno de ellos estaban ellos, mis padres y ahora que ellos ya no están aquí ¿Aún podré cumplir esos sueños? 

El dolor tras la perdida de mis padres fue lo peor pero Adrien estuvo ahí conmigo, a mi lado. Pero cuando él se fue solo quedaron los recuerdos de esa bonita amistad y en ese momento me pregunte ¿Quién estaría a mí lado, diciéndome que todo iba a estar bien? Exacto, nadie, todos mis seres queridos estaban lejos de mí y nunca se enteraron de lo que le paso a mis padres. Me toco vivir sola y gracias a la fortuna de mis padres he sobrevivido a ello, mis padres tenían un gran negocio, él día que ellos murieron los que trabajaban con ellos decidieron mantenerlo en secreto, yo no se porqué pero así lo decidieron ellos, tal vez tengan sus razones pero no evita el hecho de que me hace sospechar un poco. 

Ya había pasado muchas horas desde que me quede ahí en el suelo de mi cocina, hasta ya se hizo de noche. 

Me paré, tambaleándome un poco por los efectos del licor, quería salir de este fúnebre lugar que no hacía más que traerme dolor, iría a un antro ahí podría despejarme un poco y divertirme. Sube hasta llegar a mi habitación con tonos oscuros, me fui a mi armario y de ahí saque un vestido negro, el vestido era escotado, pegando y corto. Arregle mi cabello ondulándolo un poco, me maquillaje en un estilo para noche y me puse unos tacones negros un poco altos.

Salí de mi casa y me fui al antro que un poco retirado de mi casa. Al llegar y entrar en el lugar un olor a licor fuerte invadió por completo mis fosas nasales mientras que mis oídos retumbaron por la música tan fuerte del lugar, había muchas parejas besándose y bailando, todo aquí gritaba que se iba a descontrolar y eso me encantaba. Me fui al bar a pedir una copa con whisky, el camarero lindo a los segundos después me entregó lo que había pedido y yo solo lo mire con una sonrisa coqueta, él me devolvió la sonrisa y se fue, luego me tomé todo el contenido que había en ese baso, el whisky era muy fuerte pero mi paladar ya estaba acostumbrado. 

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Ya había pasado un buen rato desde que entre aquí y con esta era la tercera copa que me había tomado, todo estaba en decontrol y eso me provocaba una felicidad enorme, había establecido una conversación con un chico de cabello rojo que para mi sorpresa era Nathaniel, un chico muy guapo y hace unos días era el chico nuevo de mi salón, tiene un buen cuerpo y el tatuaje qué tiene en el brazo hace que se vea sexy. Él me invito a bailar y ahora nos encontrábamos bailando sensualmente. 

—¡Que bien bailas Nathaniel! —dije casi gritando por la música tan fuerte que habitaba en este lugar. 

—¡Lo mismo digo Marinette! —sonreí con una sonrisa coqueta, mire hacía otro lado y ahí estaba ¿Adrien? En una de las mesas mirándonos con una cara de pocos amigos y yo le sonreí con malicia, luego volví a Nathaniel, besándolo apasionadamente. Mucha gente diría que puedo llegar a ser tan atrevida y están en lo correcto, además, atrevida no es lo único que puedo llegar a ser, una de ella es ser una perra mala pero eso quedo bastante claro. 

Adrien 

Nino me había invitado a un antro para bailar un poco y distraernos, yo al principio no quería pero termine aceptando, tal vez distraerme después de lo que paso con Marinette me haría sentir tan bien. 

Ya había pasado un buen rato desde que entre aquí, mis oídos retumbaban por la música tan fuerte del lugar y el olor a licor invadió por completo mis fosas nasales. Nino hace unos minutos se fue a bailar con una chica y yo me quede en una de las mesas de aquí, muy cerca de donde todos bailaban. A lo segundos después mi vista se fijo en Marinette y un chico de cabello rojo, ese chico lo había visto en él salón y creo que se llama Nathaniel, ellos bailaban de una forma sensual y provocativa, sobre todo Marinette, ella bailaba tan sensual y de una forma provocativo que hizo que el enojo y los celos invadieran cada rincón de mi cuerpo. Además, ella usaba un vestido tan provocativo que hacía que muchos chicos la mirarán embobados, ocasionándome más celos.