Bakugou era un chico que se divertía, de alguna manera, desquitandose con los demás, especialmente con el joven Midoriya y Todoroki, con los que deberá aprender a convivir en paz.
Ambos estudiantes salieron de la oficina del director sin pronunciar palabra alguna, cruzaron miradas varias veces, hasta que Bakugou no lo pudo aguantar más. -¿¡Por qué no me ayudaste a convencer al director!? Te puedo asegurar que tú tampoco tienes ganas de hacer esto.-dijo el rubio aún confundido por el silencio de su compañero ante el director de la institución. -Si yo me hibiera metido en la conversación y me hubiera puesto a pelear junto contigo, es muy probable que hasta nos hayan expulsado. -¡La culpa fue de ese bastardo, nosotros no tenemos por qué pagar por eso! -A veces es mejor quedarse callados, si él sigue actuando así, y tú no le respondes, la culpa será suya, pero si sigues respondiendo a sus ataques, la culpa en ese caso, será tuya. -Eso no tiene sentido -Pues lo tiene. - dijo el bicolor cortando la conversación para que ambos entren a clase de biología. -Todoroki-kun, ¿todo está bien?- preguntó el joven Midoriya al ver a su compañero entrar en el aula, donde los estudiantes se encontraban esperando a su profesor. -Lo está.- contestó Todoroki al escuchar a su compañero tan preocupado por él.- Sólo debemos reparar los daños causados en el comedor. -Me alegro de que no haya problemas mayores- se alegró el pequeño Deku al escuchar las noticias de su amigo. Luego de la clase, todos los estudiantes tuvieron retirarse ya que faltaban algunos profesores que debían dar las clases siguientes. -Será mejor que empezemos- dijo Todoroki al acercarse a Bakugou, quien se encontraba en el patio de la UA, a punto de salir. -¡Qué fastidio!- se quejó. Ambos se dirigieron nuevamente al interior de la institución, para realizar una parte de su trabajo.
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