Bakugou era un chico que se divertía, de alguna manera, desquitandose con los demás, especialmente con el joven Midoriya y Todoroki, con los que deberá aprender a convivir en paz.
-Deku, ya deberías estar en tu casa, si te atrapan aquí, estarás en problemas- dijo Todoroki con seriedad. -Si los atrapan peleando, serán ustedes los que tengan problemas, ¿no pueden llevarse bien de una vez? -Todos sabemos que el bicolor es el problema, su padre puede atestiguarlo- dijo Bakugou, otra vez intentando provocar a su compañero. Todoroki volteó y golpeó la pared al costado de la cabeza del rubio, haciendo un hueco. -Vuelve a mencionarlo y estás muerto. -¿A sí? Pues acabo de entender por qué tu madre te arrojó agua hirviendo. Todoroki estalló. Sus ojos estaban abiertos como dos platos, permaneció en silencio unos segundos. Luego, sus dos lados se encendieron. -Voy a matarte...-susurró el joven lanzándose hacia su contrincante, quien lo provocó de forma tan odiosa e insensible. -Inténtalo...- el bicolor golpeó con fuerza el estómago del rubio y clavó su codo en el músculo entre el cuello y el hombro. -¡Ya paren!- Deku seguía intentando detenerlos, pero Bakugou le dio un golpe muy bajo al joven Shoto.
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-¡Vas a morir!- apoyó su derecha contra el suelo, congelándolo, mientras con su izquierda lanzaba llamaradas de fuego hacia su contrincante. -Yo también puedo jugar- dijo Bakugou liberándose del hielo y lanzando repetidas explosiones para despistar a su contrario, las cuales fueron esquivadas con facilidad por parte de Todoroki, quién encendió toda su izquierda para atacar con todas sus fuerzas a su odioso compañero. Saltó y gritó: ¡muereeeee! -¡Basta!- exclamó el joven Izuku, interponiendose entre sus dos compañeros. Todoroki desvió el ataque. Volteó y se le cayó una lágrima.
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