Vestida de blanco, caminar por ese camino rojo lleno de flores. Era todo un sueño, cualquier chica quisiera estar en esta situación.
Caminé deprisa, no miré los invitados, igual creo que no tengo a nadie de invitado, extraño.
Llegué al altar, él estaba ahí parado, con su smoking, se veía guapo, aunque no podía ver su rostro, estaba volteado.
Por todo el salón resonó el famoso "puede besar a la novia". Lo iba a ver, se estaba volteando, me iba a besar, estaba lista y... desperté.
Estaba bañada en sudor, otra vez el mismo sueño, y otra vez despierto en la misma parte, ¿mi subconsciente ocupaba un marido?, Que loco.
Voltee a ver el motivo de tanto calor, y como pensé, todo BlackPink estaba en mi cama, junto a Alice, me estaba abrazando.
Me levanté de la cama lo más sigilosa posible, no quería despertarla. Entré al baño y me dí una ducha fría, ocupaba despejar mi mente y quitar este calor infernal.
Al salir del baño Lisa ya se encontraba despierta jugando en su celular, una adicta a los videojuegos. Tomé la primera ropa que encontré, unos jeans negros y una polera rosa pastel. Salí de la habitación sin mirar a Lisa que me miraba con una sonrisa, sabían que me molestaba que durmieran en mi cama.
Entré a la cocina a preparar unos panqueques y huevo revuelto, preparé jugo de naranja y un jugo verde para Jennie, se había tomado muy enserio eso de bajar de peso. Una vez ya puesto los platos en la mesa, empezaron a llegar una por una como hormigas listas para robar la comida, primero llegó Rose, siempre era la primera, después apareció una Lisa que por mirar el celular, chocó contra la silla enfrente de ella, lo de siempre, después apareció una Alice con el cabello todo desordenado y tallando sus pequeños ojos celestes, era hermosa, al poco rato apareció Jennie, lista para salir a correr, tendré que guardar su ración de comida antes de que las chicas la dejen sin nada.
-Alice, come rápido, ya casi es hora de que te alistes para la escuela- me senté a tomar un poco del desayuno que había preparado para mis compañeras e hija.
-hoy me toca llevar a la pequeña- sonrió de lado Rose, cada una tenía su día para preparar el desayuno y llevar a Alice a la escuela.
-¿cuantas veces tengo que decirles que ya no soy una niña pequeña?, Pronto cumpliré trece años, ya no soy la pequeña Alice a la que le cambiaban los pañales a cada rato-
-iagh...recuerdo ese tiempo, eras una máquina de popó- comentó la chica delgada sin dejar el celular.
-también quisiera poder llegar sola a la escuela, es incómodo que los niños de la escuela vean que llego con Jennie la diosa de la moda o Lisa la que le gana a cualquiera en videojuegos-
-¿te avergüenza ser parte de BlackPink?- Rose estaba dolida, se le notaba en el rostro.
-claro que no, pero no me gusta ser el centro de atención, no quiero ser una persona a la que admiran- se levantó de la mesa, dió media vuelta y entró al baño, está niña si que estaba en sus trece punzadas.
Una vez ya lista la hija de Jisso, Rose la tomo de la mano y salieron juntas de la casa, la escuela no quedaba muy lejos por lo mismo de que BlackPink no podía salir de casa muy lejos sin sus guardaespaldas. Llegaron rápido a la escuela ya que se les había hecho tarde ya que a Rose se le había antojado una nieve.
-te cuidas cariño, y recuerda, ser parte de BlackPink no es motivo de burla o de vergüenza, todas nosotras te amamos y hacemos lo mejor por ti- Rose se despidió dándole un beso en la mejilla a la pequeña, después se marchó.
La pequeña Jisso entró a la escuela, y como era costumbre, todos la miraban, nadie le hablaba ni tocaba, eso era muy frustrante para la pequeña, ella quería ser como ellos, tener amigos y ser la mejor de la escuela por su cuenta, no por ser la desgracia de Jisso como le decían los alumnos mayores.
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Una vida nueva
Randomcuatro chicas muy bonitas con una carrera por delante y...¿un bebé?