¡Orgullo vs amor!

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"Mamá… Papá". Esas simples palabras logran llenar un vacío en el corazón del ser humano. ¿Por qué decides eliminar esas palabras del mundo? ¿Acaso no te importa lo que haces… lo que sientes… lo que eliminas? Los doctores le llaman feto… las madre les dicen esencia de mi esencia… hijo de mi vientre. ¿Por qué mamá?... ¿Por qué no me quieres? ¿Acaso… acaso eres un demonio?




Martes en la tarde.

Había ido al banco central a recoger lo que cambiaría el rumbo de la vida del niño en camino.

Al presentar sus datos y pedir lo que quiere, fue llevado a una bóveda en solitario y con una llave abrieron una cajita entre miles y se la pasaron. El acompañante hizo una reverencia.

-Lo dejo solo Dr. Kabuto

Dijo y se fue.

Kabuto miró el contenido de la cajita de aluminio y suspiró. Dentro había una carta y una foto. Esa foto le traía recuerdos… recuerdos que con dolor tuvo que soportar porque no pudo olvidar.

¿Cómo olvidar si ese día fue el último día que lo vio con vida?

-Sensei...

Susurró al aire y cerró los ojos. Recordar cómo perdió a su sensei le daba mucho dolor pero ya llegó el momento de cumplirle con su última voluntad.

Tomó la carta y leyó la firma.

"Minato Namikaze."

-Espero que tus palabras borren los traumas que tu hijo consiguió con Kohana y Kenji.

Dijo con pesar pues fue él quien presenció cómo Naruto se derrumbó ante la tumba de ellos y fue frente a él que prometió no volver a ser padre.

–Naruto… tendrás que tragarte el orgullo si quieres ser feliz hijo mío.

Dijo antes de irse de la bodega no sin antes poner la caja de aluminio en su lugar y entregar la llave.

Decidido fue a la empresa de Naruto y Sasuke. Los dos levantaron esa empresa con mucho esfuerzo y ahora eran empresarios con éxito.

-Lo siento señor pero el Sr. Namikaze no se encuentra. Él está en las afueras de la ciudad en una conferencia con los socios de las empresas vecinas y fuera del país.

Le explicó la secretaria de Naruto al él preguntar.

-¡Rallos!

Exclamó con impotenciaz tenía que hacer algo rápido.

–¿Puede darme la dirección? Tengo algo que decirle, es sobre la salud de su esposa. Verá yo soy su doctor y lo que tengo que decirle es de vida o muerte.

Dijo y la secretaria buscó la dirección del hotel en donde se hospedará después de la reunión.

Agradecido, Kabuto se dirigió al lugar pero en el camino se hizo de noche y el lugar estaba bastante alejado. Si no llegaba, al amanecer todo se complicaría.

-Claro Sasuke, ya está hecho

Caminó para sacarse los zapatos sentado en el sofá de su habitación.

–Sí, ya le avisé a Hinata que no llegaría a casa

Pasó el celular a su otra oreja.

-No presiones Sasuke, dame tiempo

Dijo con el ceño fruncido.

–Aún no le pido perdón. Pero mañana lo haré.

Suspiró. Y tras quitarse la chaqueta se acomodó.

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