Capítulo 1

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El verano se había adelantado ese año, el patio de la escuela estaba más caluroso que nunca.
El cabello castaño de Irina brillaba bajo los rayos del sol, sus ojos color miel resaltaban en su bronceada piel. Sentada con sus amigas reían de algo estúpido.
-Te vamos a extrañar boluda -dijo su mejor amiga, Martina.
-¡Yo también a ustedes! Saben que me aburro allá aunque me gusta estar con mis abus.
-Más vale que nos escribas todos los días eh.
-Obvio, si no con quién voy a tener conversaciones estúpidas.
Luego de charlas sin sentido y muchos abrazos, Irina se despidió de su grupito de amigas pensando que no las volvería a ver hasta dentro de un mes.
Este era el segundo verano que se iba a ver a sus abuelos paternos a Córdoba, la avanzada edad de los ancianos ya no les permitía viajar hasta Buenos Aires y menos en los veranos donde el calor se hacía insoportable. Así que los padres de Irina se dirigían hacia allá cada verano.
Mal no la pasaban, visitaban ríos, arroyos, adoraba ver las montañas y las miles de estrellas que podían apreciarse en la noche.
Los abuelos vivían en la parte de campo, una casa grande toda de piedra con mucho espacio verde, donde por las tardes tomaban mate* a la sombra de un gran árbol.
Lo único que le molestaba a Irina era que la mayoría del tiempo no tenía nada para hacer, la casa estaba alejada del pueblo, de la plaza, de la gente, por eso se aburría con facilidad. Aunque todo lo callaba ya que no quería ofender a sus abuelos ni hacer sentir mal a sus padres.
Cada año que veía a los ancianos les parecía encontrarlos más viejitos, así que trataba de pasar el mayor tiempo con ellos, disfrutando de su compañía.
Al llegar a casa, Irina comenzó a preparar su bolso. Se dijo a sí misma que este año trataría de no cargarlo con tantas cosas innecesarias, así que abrió su armario y comenzó a guardar la ropa que usaba más seguido para no llevar de más. También cargó el libro que su amiga le había prestado así tendría algo que hacer por las tardes.
Al otro día muy temprano, el auto de la familia Paez se encaminaba por la ruta hacia su destino.

*infusión de agua caliente, yerba y azúcar. Bebida típica argentina.



¡Hola! Después de mucho tiempo les dejo esta breve historia que escribí hace unos años y tenía olvidada, para que los que están en cuarentena como en mi país, tengan algo entretenido que leer. ¡Cuídense mucho!

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