Preferí no mencionarle nada a mis padres, estoy segura de que no me dejarían seguir yendo de noche a economía y son solo dos días a la semana, ya pensaré en algo para no correr peligro.
Apenas llegué a casa subí a mi habitación y me metí en el baño.
Abro la canilla para que vaya calentando el agua y me pongo la gorra para no mojarme el cabello. No necesito nada más que una ducha caliente para relajarme.-¡Lara! ¿Sos tú? ¿ya llegaste?
-No mamá soy un ladrón
Me río y siento la necesidad de explicar mi antisociabilidad.
-Pasa que pise un charco de barro en el camino y quede enchastrada. ¿Que vamos a cenaaar?
Mamá se ríe, a veces me duele lo fácil que es hacerla sonreír; como cuando me ve interceptando una cucharada de mermelada del refrigerador. Siempre dice que soy igual que mi abuelo, en su cocina nunca faltaban todos los dulces que pudiera encontrar en la ciudad.
"Gustos de vieja" dice mi hermano, yo no entiendo como puede haber gente que rechaza algo tan delicioso como el dulce de zapallo o el dulce de membrillo, o algo más común ¡las mermeladas! Por más dieta que haga, no podría excluirlas de mi vida.-¡Vamos a pedir pizza! La coartada es que vamos a hacer noche de pelis, la verdad: nadie tiene ganas de cocinar.
-Me parece PERFECTO.
Escucho la puerta del cuarto cerrarse y vuelvo a mi mundo, cierro los ojos y dejo caer el agua sobre mi rostro.
Todavía no puedo asimilar lo que sucedió, el miedo que sentí aún lo tengo en la punta de los dedos y que Ramiro me haya salvado... Pues que es demasiado.
Me acompañó hasta casa y en todo el camino no cruzamos ni una palabra, cada vez que lo miraba tenía la vista fija al frente, rígido y sin expresión, parecía uno de esos soldados que cuidan los cuarteles.
Cuando llegamos, a modo de despedida, le sonreí, y para mi sorpresa pude reconocer un pequeño intento de sonrisa en su rostro.
Es alto, mucho más alto que yo, si yo mido 1,67 el debe estar alrededor de 1,85. Es musculoso, pero no del tipo gimnasio así con los músculos marcados y explotables, no, sino que con todos en su lugar y ligeramente desarrollados, no sé si me explico.
Tiene el pelo negro y parece suave, pero no me animo a tocarlo.
Lo que más me gusta de el es su mandíbula, es como marcada (muy besable) y sus ojos, que parecen un interminable pozo negro, imposible de navegar, como si fueran una tormenta en altamar, y yo estuviera en un botecito, subiendo y bajando olas oscuras en una noche fría...Bueno basta que me pongo poética, eso significa una cosa: que mi ducha terminó.
Aún con la gorra en la cabeza me pongo mi pijama polar. Todavía no estamos en invierno y quizás es un poco bastante exagerado pero me encanta el frío y todo lo que abarca. Intento extender sus sensaciones lo más posible. Así que aunque duerma destapada: con pijama polar.
Vuelvo al baño para peinarme, desenredando una maraña de cabello castaño que no tiene rulos, pero tampoco es lacia. Es del tipo de cabellos que si los peinas en seco quedan horrible de parados; pero al menos de noche tengo que hacerlo. Luego me hago un moño para que se me vaya el frizz y ya mañana me despierto lista.
Envidio mucho a esas chicas que con solo peinar su cabello ya queda suave y hermoso como una seda, la vida sería más fácil.
Mis ojos son almendrados y de color almendra, lo que es un marroncito común pero decir las dos palabras juntas suena más interesante.
Lo que más me gusta de mí son mis labios, naturalmente son casi rojizos y definitivamente no voy a necesitar botox. Excluyendo a mis orejas, que son bastante más grandes que el promedio de orejas, me gusto a mi misma, y todavía más cuando me arreglo las cejas (big problem)Me pongo mis pantuflas de unicornio (experiencia invernal completa; así es) y bajo a tener un rato familiar.
-¡Lara sos ridícula mira el calor que hace!
Fernando, mi hermanito tan querido. Tiene 12 años y apenas entiende que primero se pone la comida y luego se prende el microondas.
-Vos tenés calor porque vas perdiendo en el Fifaaaa
-Es que papá me llamó para poner la mesa.
Rezonga mirando a papá, que está sentado en la mesa del comedor leyendo el diario. El le devuelve una mirada de seriedad falsa sobre sus anteojos plateados y dicta una sentencia:
-¡Cuando llegue la pizza vas vos a buscarla! Tenga todo listo jovencito.
-Papaaaaaa.
Nuevo puchero y como en esta casa no sabemos perder, apagación del play.
Fernando ya salió a esperar al repartidor y yo me senté en el sillón para buscar una película en Netflix
-Comedia? Drama? Hay una nueva de Adam Sandler que parece buena.
-Esa!
-Esa!
-Esa!
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Enamórate de mi
Romancemis problemas, sus problemas y un asesino. verdad que nos complementamos? Debería conformarme con sobrevivir