El café de los corazones tristes.

II

No sabía qué hacer, se supone que el tiempo te ayuda a superar o asimilar las cosas, pero conforme el tiempo pasaba las cosas no mejoraban.
Sentía como poco a poco me hundía en una profunda tristeza. Sabía que nada tenía solución y que lo nuestro debía quedarse ahí, en una historia inconclusa. Mis sentimientos dominaron la razón y decidí seguir luchando por el, tratar de arreglar  algo que yo no había roto.

Los primeros días después de nuestra ruptura intente darme un espacio, pensar las cosas y bueno encontrar la mejor solución, pero fue en vano porque al cabo de unos días el apareció. Él me pidió intentarlo de nuevo y desafortunadamente mis sentimientos se sobrepusieron a la razón. Acepté.
Por un momento pensé que había recapacitado y que de alguna manera la vida le había dado una lección.
De verdad en ese momento lo único que pasaba por mi mente era no fallarle, pues no quería que lo tomara  como una excusa para volver a mentirme. Puse de mi parte, me esforcé, trate de no pelear con él y prestarle toda la atención del mundo.
Lo puse a él por encima de muchas cosas. Yo sabía que no era mi culpa que él me hubiera engañado, pero hizo que pareciera eso, decir que las cosas estaban mal, como era que yo hacía todo mal. Usando eso como excusa de lo que hizo y tal vez no lo dijo, pero hizo que pareciera eso.

El daño estaba ahí, pero lo hice a un lado porque yo de verdad quería estar con el. No duró mucho, fue un momento de felicidad efímero.
Todo esfuerzo por hacer que se quedara fue en vano. Al mes nos volvimos a dejar, pero esta vez con el corazón completamente roto.
El no se inmutó ni siquiera se tentó el corazón para romper conmigo y eso me dolió más que cualquier cosa: su indiferencia.

Después de eso, los días eran todos iguales, me sentía cada vez más diferente y por las noches pensaba en él para ver si así soñaba con días mejores. Era curioso cómo mi amor por él no se desvanecía, al contrario, crecía de manera exponencial. Siempre tuve mis dudas en cuanto a nuestra relación, pero nunca ni una sola pude resolver y ahora estando separados lo único que logran es volverme loca.