Capítulo 3: La fiesta de Jackson

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Llegamos a la fiesta con botellas de sangría porque no nos había dado tiempo a comprar otra cosa mejor.

—Vamos a acabar todas potando.—dijo Ana.

—Pues habrá que buscarse a un nenito que nos sujete el pelo.—contestó Andrea.

Andrea era la prima de Álvaro, que iba a segundo junto con Julia, una chica que no vino porque no le gustaban las fiestas.

¿Pero sta girl?

—Pero, ¿a dónde vamos?—preguntó Nuria.

—No sé, podríamos buscar algún sitio donde no haya mucha gente y empezar ahí a beber.—contesté.

—Yo tengo un cigarrito de la risa, podríamos salirnos a fuera.— añadió Ana.

—Lo veo bien.—contestó Stella, la chica morenita de la piscina que invitó Paula.

Me asomé al exterior de la casa, todavía era temprano, la fiesta apenas había comenzado y ya habían personas potando por las esquinas del jardín. Sinceramente no me apetecía quedarme por ahí, además habia visto al puto gnomo edgy de mi clase entrando a la fiesta.

— Pero chicas, yo no fumo eso es malísimo sabéis, no podéis hacer es—

— Que sí coño, vosotras haced lo que queráis nenas. —Cortó Ana a Nuria mientras se encendía el porrito de la felicidad.

Pues nada nos acabamos metiendo a la casa Nuria, Andrea y yo. Habían apagado las luces y era todo multicolor, en plan focos y esas cosas, muy guay la verdad. Estaba sonando el bad buni BUENAS CARTAS. Fuimos a la cocina, que estaba un poco menos petada de gente, a ver si podíamos pillar algo de alcohol bueno y no la mierda que habíamos traído nosotras. (Bueno en realidad, casi nos habíamos bebido todo ya).

— ¿Esa es una botella de absenta....???? —Dijo Nuria.

La mesa estaba llena de bebidas medio vacías que había traído la gente de sus casas. Así que fui e intentando que nadie me viera me metí la botella bajo la camiseta para guardármela para nosotras.

— Ahora es nuestra, además Jackson es mi primo y lo que es suyo es mío.

— Hasta el coma, tíAS. —Gritó Andrea, era enana la tía.

— Y MI PUTA ABSENTA ?!?!?!?!??!

No nos dio tiempo a reaccionar, un chaval pecoso entró gritando a la cocina súper enfurecido, su voz daba un poco de miedo aunque su cara era similar a un ángel. Nosotras nos fuimos corriendo porque no queríamos una paliza. Terminamos saliendo por la puerta trasera de la casa, donde nos sentamos para echarnos unos chupitos de absenta. Noté mi mano un poco mojada.

— ¿Aquí no hay más pipí de la cuenta? —Dijo Nuria, que puso una mueca de asco.

— En fin, da igual vamos a beber y bajamos al sótano a jugar.

Bajamos al sótano y nos encontramos con que estaban jugando al juego de los cinco minutos en el paraíso.

—¿Podemos unirnos? —preguntó Nuria. Al parecer había de su clase jugando.

—Claro, sentaos por aquí. —nos indicaron y eso hicimos.

No me había dado cuenta hasta que nos sentamos, pero Changbin estaba también jugando.

—¿Sabéis cómo funciona, no? —nos preguntó Minho, un chico de 1-A, a lo que asentimos y siguieron con el juego.

La cosa es: iban a tirar la botella dos veces y las dos personas que saliesen tenían que pasar 5 minutos juntos en el aseo del sótano (que al parecer era pequeño).

young wings - stray kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora