Capitulo 1.- El Comienzo

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Egipto, año 1020 Antes de la Era Común

Hace más de 3000 años, en pleno apogeo de la Era Mitológica, dos grandes potencias se disputaron por el control del Mediterráneo Oriental. Por un lado, se encontraba el poderoso Imperio de Egipto; mientras que por el otro, había una gran confederación de Ciudades-Estado que darían paso al territorio que hoy conocemos como Grecia.

Estos dos grandes colosos se habían enfrentado en numerosas guerras; algunas por el control del territorio, otras por los recursos, mientras que alguna que otra por el capricho de unos cuantos pocos que terminan por condenar al resto de sus pueblos.

En una de esas guerras, el gran Faraón Atem, con el apoyo de fuerzas de procedencia sobrenatural conformadas por los llamados "dioses egipcios", libró una gran guerra santa en contra de Grecia y de los Dioses del Olimpo; dicha guerra ocasionó una gran catástrofe de proporciones bíblicas que terminó por afectar a gran parte de la región del Mediterráneo Oriental.

Ésta catastrófica guerra diezmó tanto a los ejércitos del Faraón como a los ejércitos de los diversos pueblos griegos; y eso quizá hubiese sido más fatal de no haber sido por un par de hechiceros supremos. Cada hechicero le rendía culto a su respectivo panteón de dioses, y cada uno tuvo la difícil labor de reconstruir sus respectivos imperios.

No obstante, dicho ciclo se repetía por cada milenio, por lo que cada 500 años había una guerra que involucraba a ambos reinos; sin embargo, ninguna guerra (anterior o posterior) habría llegado a la magnitud de la guerra librada por el Faraón Atem, quien también contó con las llamadas Armaduras del Milenio.

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Japón, año 2000 de la Era Común

En una ciudad llamada Domino, en una casa-tienda, vivian 2 hermanos, el mayor se llamaba Yami y el menor Yugi, era el día de su cumpleaños los dos cumplían años ese mismo día pero no tenían la misma cantidad, ya que Yami cumplía 8 años y Yugi 6 años; después de la fiesta, su abuelo los llamo para bañarse así que se escondieron en un rincón de la casa. 

- Hermano nunca nos van a encontrar aquí, este es muy buen escondite muy bueno, ¿no crees? - le pregunta Yugi a su hermano mayor.

- Si, tienes razón, pero tú me ayudaste a escoger este escondite. - le responde Yami.

- ¡Si, pero fue tu idea! - le dijo Yugi un poco sonrojado, ya que no le gustaba que su hermano lo halagara. 

- Tienes razón - responde Yami - pero sabes, me dio un poco de sed ¿a ti no? -

- Si. - responde Yugi.

- Entonces quédate aquí, yo iré por un poco de agua. - le ordena Yami.

- No, yo iré yo soy más veloz que tú y así el abuelo no nos atrapará. - le responde Yugi de manera decidida.

- Está bien - replica Yami - pero ten cuidado. 

- Si hermano - contesta Yugi - no te preocupes.

Yugi, sin decir nada más, salió del escondite, mientras que Yami se quedó en el escondite, y de un hoyo en la pared, salió una piedra color verde a, Yami le pareció interesante, así que la tomo, pero cuando la tenía en su mano, la piedra brilló para luego desaparecer, Yami no le tomó tanta importancia, cuando tiempo después oyó un grito del cual correspondía de su hermano, salió disparado de donde se ocultaba pero...

- Hermanito estás... - Yami no terminó de decir lo que iba a decir, porque su abuelo lo atrapó, tenía a Yugi en un brazo y a Yami en el otro. 

- ¡Suéltanos, abuelo! - exclamó Yugi.

- No - sentenció el abuelo, cuyo nombre era Solomon Muto - ya es hora de que se bañen, muchachitos traviesos. -

El abuelo subió a los dos hermanos hasta el baño; después de bañarse y jugar un rato, los hermanos Muto se fueron a dormir porque mañana tenían escuela.

No obstante, justo cuando dio la media noche, a Yami le empezó a doler su frente de un momento a otro a Yami le salió el ojo de Horus y de un momento a otro desapareció.

A la mañana siguiente, los hermanos Muto bajaron a desayunar, ya que tenían que ir a la escuela.

El abuelo, con una sonrisa, saluda a sus dos nietos: - ¡Buenos días Yami, buenos días Yugi! -

- Buenos días, abuelo. - le responde Yami.

A lo que el abuelo cuestionó: - ¿Cómo durmieron? -

- ¡Yo muy bien! - dijo Yami con una sonrisa, ocultando lo que le había pasado esa noche. 

- Yo todavía tengo un poco de sueño. - dijo Yugi.

- Bueno - continuó el abuelo - coman sus desayunos.

Después de desayunar, los hermanos Muto estaban en sus respectivos salones, solo que a Yami le dolió un poco la cabeza y la maestra lo llevó a la enfermería. 

La Doctora le dijo a la Maestra: - no se preocupe maestra, deje al joven Muto aquí, valla a terminar su clase. -

A lo que la Maestra le responde: - si, gracias se lo agradezco mucho. -

- Si yo se lo informare a su abuelo de inmediato. -

- Si, hasta luego. -

- Hasta luego. -

Después, la maestra se fue a terminar su clase y la doctora informó al abuelo Muto, por lo que el abuelo fue a la escuela donde lo recibió la doctora y le dijo que a Yami le había dado un poco de fiebre, tiempo después, a Yami se le bajó un poco la fiebre.

Yami llegó primero a la casa-tienda y su abuelo lo dejó en su habitación, después Yami se quedó dormido porque tenía un pocode fiebre y de pronto le apareció nuevamente el ojo de Horus, lo cual le quitó la fiebre.

Acto seguido, Yami se paró y le dijo a su abuelo que se encontraba mejor, tiempo después llego Yugi. Yami y Yugi estaban jugando con su pelota, sin pensar que era la última vez que Yami iba a jugar con su hermano y convivir con su abuelo.

Todas estas manifestaciones que estaba experimentando Yami, eran apenas el comienzo de algo mucho más grande.

El Hechicero Supremo (Saint Seiya / Yu-Gi-Oh!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora