El cuadro ; GaDong

*Narra Gahyeon*

Era mi primer día en la universidad y unos minutos antes de llegar subió al autobus Yoohyeon, una chica de un año superior al mío en mi antiguo instituto, fui un poco tímida en ese momento pero ella vino hacía mi lugar a saludarme ya que nos conocíamos de vernos todos los días en el colegio.
Es una chica bastante amigable pero que no había tenido la oportunidad de hablar mucho antes, solo lo hicimos una vez hace unos años cuando nos encontramos en la dirección de la escuela... Ambas eramos abanderadas de dos banderas diferentes y ella me felicitó con una sonrisa, yo también le sonreí. Me cae demasiado bien esa chica y me gustaría que sea mi amiga, aunque nunca fui de tener muchos amigos.

Llegamos a la universidad y nos encontramos con Changkyun, uno de mis ex compañeros del colegio, asi que fui a saludarlo mientras Yoohyeon se encontraba con su amiga Yubin. A ella no la conocía mucho pero parecía no caerle muy bien, siempre estaba encima de Yoohyeon y miraba a los demás con desconfianza, con cara de que no quería que nadie se le acerque, pero en ese momento Yoo haciendome una seña con la mano, me llamó para presentarmela.
Fuí hasta allí, toda llena de nervios y la chica me saludó, aunque con un poco de ¿enojo? ¿desagrado? me pregunto por qué... Tengo la teoría de que está enamorada de Yoohyeon, pero supongo que ya lo voy a descubrir más adelante cuando conozca más a ambas. Aunque no me sorprendería si esta enamorada de ella, es una chica preciosa, con una personalidad tan dulce y con esa sonrisa tan hermosa enamoraría a cualquiera.

Para la suerte de Yubin (o tal vez la mía) tuve que dejarlas solas para irme a mi primera clase, ellas iban a unas carreras diferentes a la mía asi que no nos veríamos hasta el horario de salida, aunque ese día era diferente ya que había una feria en el horario del "break" así que tal vez nos veríamos allí.

La clase de literatura pasó rapido, aunque no pude entablar conversación con nadie... ¡Hacer amigos es más dificil de lo que pensaba!

Salí del salón para dirigirme al patio, donde estaba la feria. Estaba super decorada, con banderines y globos de muchos colores, mientras que el patio era enorme con mucho pasto, donde por un lado estaban los stands de dicha feria y por el otro había gente sentada tomando mates. Aún así sobraba un espacio gigantezco donde había mas gente caminando o donde simplemente se podía apreciar el paisaje ya que no había nadie.

Habían stands de todo tipo, vendían comidas típicas de muchos países, muñecos de peluche, ropa hecha a mano y muchas cosas de las que puedas imaginar. El lugar estaba muy concurrido pero había varias personas hablando de una misma cosa... "La chica nueva de China".
Yo realmente parecía la única que no sabía quien era, y por lo que alcancé a escuchar todo el mundo hablaba de ella; de lo hermosa que era, se comentaba que provenía de una de las familias mas ricas del país y obviamente todos querían ser sus amigos, pero decían que era un poco intimidante y nadie se animaba a hablar con ella. Me quede pensando un rato y realmente el que sea millonaria me parece un dato irrelevante, nadie es más o menos especial por tener dinero, ni tampoco me parece adecuado hacerse amigo solo de una persona por conveniencia. Esta gente parece que lo unico que piensa es en el dinero, y es algo desagradable.

Iba terminando de recorrer los últimos puestos de ropa y me puse triste porque aún no había encontrado a Yoohyeon, pero en ese momento vi un cuadro que me impactó demasiado. Era un campo lleno de flores bellísimas con un cielo de color azul y una luna tan hermosa y brillante como nunca había visto. Lo que estoy describiendo parece un cuadro normal, pero estaba pintado con tal delicadeza que parecía la obra de arte mas linda que vi jamás, como si quisiera entrar dentro de ese cuadro y ser feliz en ese lugar.
Parece que pasé varios minutos mirando ese cuadro porque la chica que estaba allí sentada, que parecía ser la 'pintora' me miraba con cara de no entender.

"¿Te gusta?" me dijo con una sonrisa, la muchacha estaba ilusionada, como si fuera la primera vez que alguien se queda admirando una de sus obras.

"Me encanta, lo quiero" le contesté. Saque mi dinero del bolsillo y mire con atención otras de sus pinturas.

"Muchas gracias por pararte a mirar mis obras, no mucha gente es capaz de observar lo que hago... para muchos es una perdida de tiempo y solo pasan de largo" dijo con tristeza en sus ojos; ojos que transmitían tantos sentimientos a la vez que me daban ganas de comprar todos sus cuadros y que nunca más piense que a nadie le importan.

"Para mi no es una perdida de tiempo, y espero que sigas haciéndolo así en el futuro te compro otras de tus pinturas" terminé de decir y vi como se asomaba una pequeña sonrisa tímida en sus labios. "Me pareció verte hoy en la clase de literatura, estudias artes audiovisuales ¿verdad?" le pregunté, y ella asintió con la cabeza. "Me llamo Gahyeon"

"Handong" me dijo extendiéndome su mano, un poco tímida. Le respondí el saludo y me despedí de ella.

Caminé hacia uno de los árboles del gran patio donde había visto a Yoohyeon, estaba siendo la persona más feliz del mundo con mi nuevo cuadro. Ella estaba ahí con Yubin y otra chica de pelo rojo que nunca había visto antes, pero lo que estaba segura era de que tenía una cara hecha por los dioses del olimpo.
Las tres me saludaron, esta vez Yubin con peor humor que antes pero no conmigo, si no con la otra chica que parecía llevarse muy bien con Yoo. Se llamaba Minji y era de la misma carrera que Yoohyeon, recién se conocían pero ya se habían hecho casi amigas, cosa que a Yubin parecía no agradarle demasiado.
Les mostré mi cuadro a las chicas y les gustó mucho, pero ninguna de ellas sintió tal felicidad al verlo como la había sentido yo. No me importaba porque yo estaba muy conforme y contenta con él.

Se hizo la hora de volver a clases y me senté en el mismo lugar que en la hora anterior, solo que esta vez ya conocía a alguien. A Handong, que se sentó también en el mismo lugar que antes y tristemente estaba un poco lejos, me hubiese gustado hablar un poco más con ella.
Pasaba la hora y yo no podía concentrarme por pasarme el tiempo mirando a mi nueva compañera, pero ¿Por qué no podía dejar de mirarla? Tenía miedo de asustarla pero no podía dejar de pensar en ella y mirar su pintura, me generaba paz.