Choi Soobin es un niño educado por ese motivo no es extrovertido, él no es alguien que interrumpa la conversación de su mamá con alguna amiga o conocida por llamar la atención. Cuando tenía seis años su mamá lo llevó al departamento de su tía, antes de golpear la puerta de madera de color blanco advirtió con ambos ojos de color negro que debía guardar silencio ésas dos horas que estarían ahí, permitía que pregunté por el bañó y decir si o no pero no más de dos palabras. Soobin era inteligente, comprendió que si quería salir debía obedecer a su mamá. Su personalidad sería y rígida surgió en base a la ideología de su mamá de un niño perfecto, un niño cuál conducta es excelente, un ejemplo es que él no llora innecesariamente por un objeto que quiera conseguir.
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Sábado, diez y quince de la mañana como es habitual de Soobin despertó con alegría de su sueño lo cuál causa una ligera sospecha en su mamá. Sunhee entró a la habitación de su hijo, no golpeó a la puerta debido a que está no cierra, traía en su mano izquierda un vaso de leche con chocolate y al otro extremo una Magdalena así que empujó con su pie derecho la madera de la puerta.
"Tal vez deberías dormir cinco minutos más." Sunhee depósito el vaso de plástico de color rojo en la mesa de luz, una mesa de madera sintética que había adquirido de su antigua habitación cuando aún vivía con sus padres.
"No." Soobin sacó de su guardarropa una remera de color amarillo y un pantalón de algodón de color gris, lanzó la ropa a su cama y corrió en dirección opuesta."Tengo que ir a casa de Yeonjun."
"Esta bien." Suspiró Sunhee molesta, ayer había concedido el permiso de ir a casa de Yeonjun porque Sungmin, su amiga le pidió que dejará a Soobin desayunar ahí."La única condición es..."
"No ir a la casa de enfrente." Comentó Soobin serio, conocía la tercer regla y ésa consistía en evitar el contacto físico como verbal con la señora Huening y su hijo también se aplicaba a los desconocidos.
"Así es. Además no quiero que Yeonjun y tú vayáis a la plaza sólos." Sentenció como un juez en la corté. Se sentó en la silla que tenía al lado de la televisión, cruzó ambos brazos en su estómago y elevó la ceja derecha cuando Soobin salió del baño con su cabello hacía arriba.